JUAN DAVID CASTILLA
XALAPA, VER.- En la región del Totonacapan, al norte del Estado de Veracruz, los centros de salud niegan la atención médica a mujeres indígenas, pues ellas no hablan español y no les entienden lo que dicen.
De acuerdo con Lucía Cabañas Vázquez, integrante de las Misioneras Eucarísticas Franciscana, los pobladores del municipio de Coahuitlán son de los más afectados por dicho motivo.
“Coahuitlán es una zona completamente indígena y no son bien atendidos los indígenas, porque los médicos van de la zona mestiza y como no entienden (a los indígenas) no se quieren preocupar”.
Estas poblaciones padecen diversas enfermedades, como VIH/SIDA, distintos tipos de cáncer, diabetes e hipertensión arterial.
Algunas de las clínicas carecen de personal médico y medicamentos para atender la demanda de las comunidades indígenas, mismas que hablan totonaco.
Tal es el caso del centro de salud de la comunidad Entabladero, municipio de Espinal, donde son constantes las quejas ciudadanas por dichas carencias.
La religiosa es defensora de los Derechos Humanos Indígenas desde hace más de 25 años y destaca que se ha llevado a cabo una serie de acciones para apoyar a las poblaciones afectadas.
“Es animar a las mujeres a que expresen su palabra y que las muchachas que han estudiado y hablan español, que acompañen en estos casos”, agrega Cabañas Vázquez.
En la zona también sufren las mujeres y adultos mayores por falta de una vivienda digna y acceso a los servicios básicos.
LES PEGA EL COVID-19
En las comunidades indígenas se han registrado brotes de SARS-COV-2 (COVID-19); sin embargo, no acceden a medicamentos ni a la atención médica.
En ocasiones tienen que trasladarse a los hospitales de los municipios de Poza Rica y Papantla, pero muchas veces no tienen ni para el pasaje.
“A veces van al centro de salud y no hay medicamentos, tienen que irse a Poza Rica, Papantla, pero no tienen para el pasaje, han pedido ayuda a los colectivos, pero tampoco tenemos dinero”, cuenta Lucía Cabañas.
La gente ha estado solicitando apoyo para la aplicación de la vacuna contra el coronavirus, pero no todos han recibido el beneficio.
“Ha llegado más en este momento, pero todavía falta. Ya tienen la primera dosis, pero todavía hay mucha gente sin vacunar, al principio había resistencia, pero ahora ya no”, agrega la misionera franciscana.
CIFRAS ALARMANTES
La Organización de las Naciones Unidas (ONU) muestra cifras a nivel internacional sobre este tema que ha golpeado fuertemente a los pueblos indígenas de México.
Se estima que en todo el mundo más del 50% de los adultos indígenas, de más de 35 años, padece diabetes tipo 2, y se prevé que las cifras podrían aumentar con el crecimiento poblacional.
La ONU considera que los pueblos indígenas tienen una salud mucho más precaria, tienen más probabilidades de quedar discapacitados y de que su calidad de vida disminuya y, en última instancia, de morir más jóvenes que los demás pueblos.
En un estudio se detalla que desde hace años han sido elevados los índices de pobreza, tuberculosis y la falta de tratamiento en pacientes que contrajeron la enfermedad.
“La tuberculosis, enfermedad que ataca primordialmente a las personas que viven en la pobreza, afecta al menos a 2 mil millones de personas en el mundo. A causa de la pobreza, la tuberculosis sigue afectando en forma desproporcionada a los pueblos indígenas de todo el planeta”, expone.
Pese a que se han elaborado programas de lucha contra la tuberculosis, éstos no suelen beneficiar a los pueblos indígenas debido a cuestiones relacionadas con la pobreza, la vivienda precaria, la falta de acceso a los servicios médicos y a los medicamentos, las barreras culturales, las diferencias lingüísticas y la lejanía geográfica.
Afirma la ONU que las mujeres indígenas experimentan altos niveles de mortalidad materna e infantil, desnutrición, enfermedades cardiovasculares, VIH/SIDA y otras enfermedades infecciosas.
Las mujeres indígenas también se ven afectadas por los desastres naturales y con frecuencia se les niega el acceso a la educación, la tierra, la propiedad y otros recursos económicos.
Sin embargo, su función en la supervisión de la salud y el bienestar de sus familias y sus comunidades es esencial, considera la Organización de las Naciones Unidas.
“Los modelos de atención de la salud deben tener en cuenta el concepto indígena de salud, y preservar y fortalecer los sistemas de salud indígenas como estrategia para aumentar el acceso y la cobertura de la atención de la salud. Esto requerirá el establecimiento de mecanismos claros de cooperación entre el personal correspondiente de los servicios de salud, las comunidades”, sostiene.
ADULTOS MAYORES TAMBIÉN SON AFECTADOS
El 20% de las personas adultas mayores no cuentan con afiliación a una institución de servicio de salud en este país.
De acuerdo con cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), se habla de 2 millones 993 mil 653 de adultos mayores que carecen de seguridad social.
Los Resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, correspondientes al tercer trimestre de 2021 en Veracruz, muestran que las personas ocupadas también presentan limitantes en cuanto al acceso a los servicios de salud.
El Inegi indica que la situación que guardan las personas ocupadas sobre su acceso o no a los servicios de salud es la siguiente: 802 mil (24.6%) tuvieron acceso a dichos servicios, lo que representa un decremento con respecto al mismo trimestre del año anterior del 12.3%.
Mientras que aquellas que carecen de dicha prestación sumaron poco más de 2 millones 432 mil personas (74.5%), equivalente a un aumento de 12.8% con respecto al año pasado.
Al comparar los datos entre hombres y mujeres se observaron diferencias importantes durante el presente trimestre, ya que el 24.1% de ellos dijeron tener acceso a los servicios de salud, por 25.4% de ellas y 74.8% de los hombres no tuvieron acceso a dicho servicio por 73.9% de las mujeres.