- En primera persona, la Diputada, presidenta de la Comisión Permanente de Educación, compartió la lucha contra la reforma peñista y del respaldo de la 4T para revalorar la función social de las y los maestros veracruzanos
Boca del Río, Ver.- “Ser maestra o maestro demanda compromiso, vocación y elevado espíritu de servicio, cuya principal satisfacción obtenida siempre será la de observar la superación de nuestras y nuestros estudiantes”, expresó la diputada Adriana Esther Martínez Sánchez, presidenta de la Comisión Permanente de Educación y Cultura, del Congreso, quien, además, recordó que la lucha magisterial no ha sido fácil, no sólo por las carencias en muchos planteles, sino también por gobiernos insensibles y opresores.
En primera persona, Adriana Esther Martínez compartió su experiencia como docente y, sobre todo, de la lucha para echar abajo la mal llamada Reforma Educativa de Enrique Peña Nieto, punitiva y desastrosa para la educación, que sólo con la llegada del gobierno de la Cuarta Transformación, a nivel federal y estatal, se pudo frenar, echar abajo y, principalmente, revalorar la función social de las y los maestros veracruzanos.
La Legisladora por Martínez de la Torre acudió al WTC de Boca del Río para participar en la ceremonia de reconocimientos a maestras y maestros veracruzanos por parte de la Secretaría de Educación de Veracruz (SEV), celebración que invita a reflexionar sobre la invaluable aportación que representa el ejercicio de la docencia para el bienestar y progreso social en México.
Adriana Esther Martínez envió un mensaje a quienes tienen la oportunidad de formar a la niñez, adolescencia y juventud veracruzana, que a continuación reproducimos íntegramente:
“Como maestra, puedo decirles que ésta es una profesión que demanda compromiso, vocación y elevado espíritu de servicio, cuya principal satisfacción obtenida siempre será la de observar la superación de nuestras y nuestros estudiantes.
Sin embargo, nada nos ha sido fácil. Es difícil olvidar cuando en la pasada administración federal nos propinaron un duro golpe que no solamente puso en riesgo nuestras conquistas laborales como gremio magisterial, sino algo todavía más importante, la educación de calidad que requieren nuestra niñez y juventud.
Fue así como salimos a las calles, hombro con hombro, a exigir respeto y pedir se dejara sin efectos la mal denominada Reforma Educativa.
No importaban las horas de cansancio, ayunos, desvelos y la impotencia de no ser escuchados pese al grito unísono para reclamar un alto a tanta arbitrariedad que, insisto, puso como riesgo máximo el presente y futuro de las y los alumnos.
Afortunadamente, ese régimen represor fue desterrado con la llegada, gracias a más de 30 millones de mexicanas y mexicanos, de un proyecto de nación decidido a impulsar una verdadera transformación en todos los rubros que integran la agenda pública del país, sin ser la excepción la educación.
Así pues, cumpliendo su compromiso con el sector educativo, el presidente de la República, el licenciado Andrés Manuel López Obrador, promovió una genuina Reforma Educativa que dejó sin efectos todo el daño que se había generado con la legislación anterior y, de inmediato, otorgó condiciones plenas de calidad en los diferentes niveles educativos.
Fue así como las y los maestros volvimos a ser protagonistas en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Por su parte, cada estudiante, ahora sí, tiene garantizada educación de calidad, sin excepciones.
Esfuerzos legales e institucionales que han dado un nuevo y mejor rostro al sector educativo, posicionándose a la altura de los retos imperantes.
Pudimos comprobarlo durante los momentos más críticos de la pandemia del Covid-19, donde tuvimos autoridades educativas que supieron actuar y resolver y docentes permanentemente atentos para no dejar de brindar instrucción escolar y adaptarse a las modalidades implementadas.
En Veracruz, han sabido replicarse estas acciones federales, derivado a que tenemos como titular del Ejecutivo estatal a un maestro que conoce perfectamente las necesidades del ámbito, me refiero a nuestro gobernador, Cuitláhuac García Jiménez, quien, junto con el secretario de Educación de Veracruz, otro gran maestro como es Zenyazen Roberto Escobar García, están haciendo posible que en todas las regiones de la entidad se construya infraestructura educativa y se rehabilite la que estuvo en el olvido por tantos años.
Como Representante popular por el Distrito VII de Martínez de la Torre, en la pasada y actual Legislatura, he podido comprobar lo que les digo.
Y en el Congreso del Estado, las y los maestros tenemos a un gran aliado y que está atento a las peticiones e inquietudes del gremio, como lo es mi amigo y compañero, el diputado Juan Javier Gómez Cazarín, presidente de la Junta de Coordinación Política y coordinador del Grupo Legislativo de Morena.
Maestras y maestros de Veracruz: como su colega, me siento sumamente orgullosa de nuestra labor.
Sabemos que desarrollarla conlleva desprendernos de significativos momentos en compañía de nuestras familias con tal de ir hasta las comunidades más alejadas para estar frente a un grupo.
Y sí, enseñar también implica lágrimas, sudor, jornadas extenuantes y capacitación constante, pero en nada se compara cuando al final de un ciclo escolar vemos la sonrisa agradecida de estudiantes y padres de familia.
Ni qué decir, cuando luego de varias generaciones nos encontramos a esas doctoras, esos abogados, contadoras y arquitectos que, al saludarnos, nos agradecen por los conocimientos y consejos que, muchos años atrás, les dimos en el salón de clases. ¡Muchas felicidades!”