Migración ensancha cinturones de miseria en la capital y disminuye oportunidades de desarrollo
Inseguridad repuntará entre 200 y 300 por ciento, advierte el economista
Jorge Morales
Xalapa
El incremento de la migración rural hacia Xalapa y el surgimiento de cinturones de miseria y pobreza en la ciudad son el caldo para fenómenos como la prostitución y la delincuencia, advirtió el economista Rafael Vela Martínez.
Cuestionado sobre el registro de 51 mil personas de Xalapa en programas como Oportunidades en 2013 y programas contra el hambre, que opera la Sedesol, enfocado a paliativos para atender la pobreza, el académico de la Facultad de Economía de la Universidad Veracruzana (UV) reconoció que se trata de un fenómeno preocupante y que se agudiza día con día.
“Hemos tenido muy malos presidentes y presidentas municipales que no han tenido capacidad de respuesta para toda la migración que está llegando y está generando en Xalapa un cinturón de miseria, lo que es un caldo favorable para la prostitución, drogadicción, delincuencia”.
“Si Américo Zúñiga no pone atención en esta situación antes de que termine su administración, la inseguridad se va a incrementar por lo menos a 200 a 300 por ciento. Está llegando muchísima gente a Xalapa de áreas rurales y demás, y como dijera Benito Juárez: ‘el hambre es punto de rabia”.
Vela Martínez, investigador del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales (IIESES) de la UV, recordó que este es un fenómeno que se presenta en las ocho zonas metropolitanas de Veracruz, pero especialmente se ha vuelto agudo en la zona de Xalapa, cuya población ha crecido 12 por ciento en 10 años.
Indicó que mucha de esta población demanda terrenos, servicios, empleo y no lo encuentra, además de que no hay crecimiento económico, de ahí que Xalapa se haya convertido en un bolsón de programas asistencialistas.
“No hay empleo, no es gente calificada y esto además es un botín político”.
“Sin embargo, los programas asistenciales no resuelven el problema sino (que) generan más dependencia”.
“Yo tengo muchísimo contacto con autoridades municipales y hay una cultura de dependencia por este tipo de esquemas, de presión política y hasta de extorsión. En casos extremos, la gente está abandonando las actividades productivas ¿para qué van a trabajar si igual reciben dinero? Se tiene que hacer un buen estudio y análisis y replantear estrategias del Gobierno federal y estatal que no están dando resultados”, dijo.