El sempiterno dirigente del STPRM manipula la ley a su antojo, pero las bases ya despertaron
Redacción
Poza Rica
El senador por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y secretario general del Sindicato de Trabajadores de la República Mexicana (STPRM), Carlos Antonio Romero Deschamps, se ha convertido en la representación física de la impunidad en México; sin embargo, las bases del sindicato han despertado y preparan lo que podría ser la última estocada para el sempiterno líder, y con él, los dirigentes de las 32 secciones sindicales y los cientos de trabajadores que se encuentran comisionados, ganando ostentosos salarios y prestaciones.
El humilde motorista de Pemex, Carlos Romero Deschamps, recibe cerca de 25 mil pesos mensuales de la empresa del Estado, además de su salario, ahora, como Senador; sin embargo, hasta el momento su fortuna es incalculable, pero le permite fácilmente regalar un Ferrari a su hijo o que se hija se pasee en avión por todo el mundo, algo inalcanzable para cualquier otro humilde obrero.
Sobre el sempiterno líder pesan innumerables denuncias ante las autoridades federales, sin que hasta el momento ninguna de ellas haya prosperado, al amparo del poder que emana desde Los Pinos, desde donde se mantiene en su posición al jeque petrolero, mientras así sirva a sus intereses, tal y como ocurrió con la depuesta dirigente del SNTE, Elba Esther Gordillo.
Al caer Gordillo, mucho se habló de que el siguiente en la lista para lograr legitimar el gobierno de Enrique Peña Nieto sería Romero Deschamps, pero nada ocurrió. Por el contrario, sirvió de aliado para lograr la aprobación de la llamada Reforma Energética, que devuelve a los extranjeros la posibilidad de extraer la riqueza del subsuelo mexicano, so pretexto de que el país no cuenta con la tecnología para enfrentar los nuevos retos que representan los yacimientos en aguas profundas y en los campos no convencionales, de los cuales, el pasado 26 de febrero la Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH) avaló la perforación de tres pozos mediante la técnica de fracturación hidráulica, en la que además de arenas sílicas, se emplean trazas radioactivas y un coctel de sustancias tóxicas que ponen en riesgo el medio ambiente, según denuncian organizaciones no gubernamentales.
La aprobación de la citada reforma trajo consigo que el sindicato petrolero perdiera sus puestos dentro del Consejo de Administración de la empresa, lo que dio ‘manga ancha’ a los funcionarios para continuar con el plan de desmantelamiento de Pemex.
Otra de las tareas de Romero Deschamps, fue la de renegociar el Contrato Colectivo de Trabajo y además, permitir el recorte masivo de miles de plazas laborales, mediante el artilugio de las jubilaciones anticipadas. En el proceso, quienes se han opuesto, han sido despedidos de Pemex de manera injustificada, lo que provocó que muchos de quienes se decían en contra de Romero Deschamps, recularan ante la posibilidad de perderlo todo de la noche a la mañana.
Uno de los casos de corrupción que más identifican el actuar del motorista de Pemex, fue el llamado Pemexgate, cuando el STPRM “prestó” al PRI, más de mil millones de pesos para financiar la campaña política de Francisco Labastida Ochoa, quien no obstante, terminara perdiendo las elecciones contra Vicente Fox Quesada. Por este caso, ninguna persona resultó castigada.
Más recientemente, el 31 de enero de 2013, una explosión cimbró la Torre Ejecutiva de Pemex, provocando la muerte de 37 personas, pero tampoco existieron culpables ni castigados, aunque poco tiempo después trascendió que en ese lugar laboraban integrantes de la sección 34, desde donde se estaba gestando el derrocamiento del líder petrolero.
A finales del año pasado, uno de los trabajadores petroleros que forman parte del frente disidente del sindicato petrolero, luego de haber participado en una convención a la que concurrieron representantes de todas las secciones sindicales del país para desconocer a Romero Deschamps como secretario general y proceder a la instauración de una nueva dirigencia, fue despedido de manera injustificada y fuera de toda norma, siendo notificado en su domicilio cerca de la media noche.
Difícil ha sido lograr que la mayoría de las bases despierten y dejen de temer a las represalias del jeque y sus alfiles en las 32 secciones; sin embargo, ante el anuncio del director general de Pemex, José Antonio González Anaya, del recorte de cien mil millones de pesos y el posible abandono de todos aquellos campos no redituables en cuanto a su costo de operación, así como por el inminente despido de miles de trabajadores, se han organizado y es posible que en poco tiempo logren derrocar al plenipotenciario dirigente.
“¿Qué más podemos perder, si solo nos queda nuestra dignidad?, es el sentir de cientos de petroleros, especialmente en la Sección 30 de Poza Rica, quienes no están dispuestos a continuar sometidos a los deseos del otrora “humilde” petrolero que ha amasado una inmensa fortuna a costa de los trabajadores y de las jugosas prebendas que le otorga Pemex, la empresa de todos los mexicanos pero cuyos dividendos solo gozan unos cuantos.