Xalapa, Ver.- La Reforma Político-Electoral debe incluir más restricciones al gasto destinado a campañas políticas y prohibir el uso de pendones y otros materiales de propaganda que generan enorme gasto y graves problemas de contaminación, opinó el diputado local por el distrito de Perote, Juan Manuel Velázquez Yunes.
Confió en que el Congreso de la Unión logre acuerdos para aprobar esta reforma tan importante para México y reconoció que existan avances: “Se tiene que trabajar mucho en materia de trasparencia en el gasto electoral y erradicar prácticas que ponen en desventaja el avance democrático del país”.
En su opinión, “prohibiría la compra de pendones y otros productos que se van a la basura y sólo contaminan, quitaría los límites a los candidatos para apoyar proyectos productivos, infraestructura carretera, educativa, salud y otros”.
Velázquez Yunes lamentó que gran parte del financiamiento destinado a campañas se invierta en propaganda electoral como encendedores, abanicos y otros que, además de costosos, no implican mayor beneficio. Sería mejor que un candidato, de acuerdo con sus posibilidades económicas, apoye con bancas y computadoras a una escuela o invierta esos recursos en cosas que contribuyan al desarrollo de su distrito, en beneficio de la población.
“Si sumáramos los miles de millones de pesos se gastan en campañas, en las que se conjugan la Presidencia de la República, gubernaturas, alcaldías y diputaciones locales o federales, significarían mucho en el combate a la pobreza en México”.
El Diputado local consideró que cambiaría la mentalidad y el compromiso de los candidatos a cargos de elección popular, pues al acercarse a la gente tendrían que esforzarse más para que los electores escuchen y conozcan sus propuestas.
“Es lamentable que algunas escuelas no tengan baños o una computadora y durante los procesos electorales se gasten millones de pesos para tapizar las calles con propaganda”.
Espera que el Congreso de la Unión logre acuerdos para aprobar la Reforma Político Electoral, e independientemente de los plazos fatales o fecha límite para su aprobación, conviene más que los diputados se tomen su tiempo y no quieran aprobarla apresuradamente, con el riesgo de generar conflictos en los estados durante el proceso armonización de sus leyes.