-De no ser así se puede realizar el entierro, siempre y cuando no haya nunca exposición del cuerpo
DE LA REDACCIÓN
El responsable de Programas de Atención Especial de la Subdirección de Prevención y Protección a la Salud, Miguel Ángel Nakamura López, destacó que “los cuerpos de las personas fallecidas por el coronavirus emergente son considerados potencialmente infecciosos, ya que todavía tienen secreciones que pudieran contener partículas virales y transmitir la enfermedad, por lo que se debe disponer de ellos de manera adecuada e inmediata”.
Al confirmarse fallecimiento por COVID-19 -explicó- un solo familiar responsable deberá ingresar a identificar el cuerpo con las medidas de protección establecidas, sin tener contacto físico con el cuerpo ni con superficies y áreas donde se ubica. Se debe introducir el cuerpo lo más pronto posible en una bolsa especial impermeable que será cerrada y sellada; no podrá ser abierta bajo ninguna circunstancia. Tampoco embalsamados o manipulados directamente en las funerarias, enfatizó.
Nakamura López recomendó, sin ser una medida coercitiva, que “los cadáveres de las víctimas de COVID-19 sean incinerados los más pronto posible y no haya velación.
“Si por razones de creencias o religión los familiares deciden el depósito en criptas o el entierro, podrán hacerlo, siempre y cuando el cuerpo permanezca como se entregó en la bolsa sellada desde el hospital, se introduzca en el ataúd y esté cerrado hasta su último destino, con el mínimo de personas respetando la sana distancia”.
Recalcó que los lineamientos oficiales son muy específicos en cuanto a los procedimientos y al equipo de protección que debe usar el personal médico que ingrese a la habitación para realizar el retiro del cuerpo y prepararlo para poderlo entregar, ya sea a los familiares o a los servicios funerarios contratados por ellos.
“Es muy importante hacer notar que el equipo de protección que usa el personal a hacer el retiro del cuerpo es muy similar al que utilizan los médicos que lo estaban atendiendo en vida. Es un equipo de protección personal que cubre ojos, boca, nariz y cuerpo, consta de goggles, cubrebocas N95, bata impermeable, guantes y botas cubrezapatos”, explicó.
Subrayó que las guías para el manejo de cadáveres de COVID-19 del Issste consideran el manejo de los cuerpos de las víctimas bajo principios de dignidad, trato humano y comprensivo a los familiares, por lo que pidió comprensión de todas las partes para la seguridad de todos ante la contingencia epidemiológica.
Con el fin de evitar el contagio del COVID-19 y proteger tanto al personal de salud como a familiares de personas fallecidas, el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (Issste) implementó la Guía Sectorial Operativa para el Manejo de Cadáveres de Casos de COVID-19 (Enfermedad por SARS-CoV-2) en sus unidades hospitalarias, informó el Director General, Luis Antonio Ramírez Pineda.
La Dirección Normativa de Salud, dijo, difunde permanentemente los procesos y lineamientos entre el personal responsable de estas actividades, los cuales especifican los procedimientos y equipo de protección que deben utilizar los encargados de hacer las maniobras de retiro del cuerpo.