20 de Septiembre de 2025
 

Hermanas Fouché: la moda sustentable con enfoque social

 

JUAN DAVID CASTILLA ARCOS / XALAPA, VER.- Las hermanas Zúñiga Fouché crearon un bazar virtual para vender su ropa de “segunda mano”, durante la pandemia del SARS-CoV-2 (COVID-19).

Cinthia sube fotografías a la red social Instagram para ofrecer las prendas que ha dejado de utilizar por cambio de gustos o porque la talla ya no es la ideal.

Recuerda que la idea surgió al percatarse de que la industria textil es una de las más contaminantes y que generan explotación laboral en mujeres y menores de edad.

“Detrás de cada prenda que se compra a un costo y con pésima calidad, hay explotación laboral de mujeres y menores de edad en continentes como Asia, India, todos esos países donde está concentrada la industria textil”.

Recuerda que hay personas que ganan 20 pesos al día, elaborando cientos de prendas que son revendidas a nivel internacional.

“Con ganancias grandes para las empresas pero con condiciones infrahumanas para los trabajadores que las elaboran”.

 

IMPACTO AMBIENTAL

 

La empresa lleva el nombre de “Sal de mar”, tiene un enfoque social y promueve la “moda sustentable”.

“Más que moda, que sea costumbre, que sea un estilo de vida de dejar de ver mal la ropa de segunda mano, trabajar en nosotros para evitar ser consumistas, no necesitamos tanta ropa”, expresa.

Cinthia vende su ropa y la de sus conocidos o familiares a precios accesibles. La prenda más cara cuesta 120 pesos y, la más barata, la cuarta parte de ese precio.

“Esta necesidad de moda sustentable lo que busca es darte las herramientas y el conocimiento para que te vuelvas un consumidor responsable y digas: si voy a comprarme esta camisa, que seguramente la produjeron a nivel cadena, mejor me compro una camisa que ya lleva mucho tiempo existiendo, el punto es ocupar la ropa que ya existe”.

La joven comenta que la industria textil es la segunda más contaminante a nivel mundial.

Las entregas se llevan a cabo en la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, donde radican las hermanas Zúñiga Fouché.

Ambas están a favor de la conservación del medio ambiente y, por ello, entregan sus pedidos a bordo de sus bicicletas, para evitar el uso de transporte que emite contaminantes.

 

ESCLAVITUD

 

Algunos medios de comunicación nacionales e internacionales consideran que la industria textil en India es esclavitud.

El Centro Blum para Economías en Desarrollo de la Universidad de Berkeley, en California, Estados Unidos, muestra que los más de 12 millones de empleados de la industria textil india que trabajan en sus hogares son mujeres y niñas pertenecientes a comunidades étnicas que han sido objeto de represiones históricas y cobran aproximadamente 11 céntimos de euro por hora.

Las costureras que trabajan en su domicilio son subcontratadas y están fuera de las nóminas. En la misma situación se encuentran los residentes en campamentos laborales situados cerca de las factorías textiles del país.

Los pagos se retrasan hasta un mes mientras las empleadas son constantemente penalizadas por no entregar a tiempo el trabajo que reciben.

Las mujeres y menores de edad de edad, en ocasiones pasan semanas o incluso meses sin salir de casa, cosiendo sin descanso.

“Absolutamente ninguna de las mujeres empleadas tiene seguro médico, y nadie pertenecía a sindicato alguno, o recordaba haber firmado un acuerdo laboral por escrito”, se lee en un artículo titulado “Esclavitud en la industria textil India: 11 céntimos la hora desde casa”.

Este problema fue el que motivó a Cinthia y su hermana a buscar una alternativa para que sea reutilizada la ropa de “segunda mano”.

Afortunadamente, ellas no dependen del bazar virtual para su manutención. Al menos Cinthia tiene otro empleo; sin embargo, miles de personas se han quedado sin un ingreso para el sustento de sus familias.

Cabe recordar que la pandemia del COVID-19 ha dejado sin empleo a más de 52 mil veracruzanos. Además de que han cerrado, de manera temporal o definitiva, más de 12 mil 400 empresas.

 

INSEGURIDAD POR DESEMPLEO

 

Desde hace unos meses, el economista de la Universidad Veracruzana (UV), Rafael Arias Hernández, alertaba sobre la crisis económica en el estado, derivada de la pandemia.

Había comentado que crecería la inseguridad y las protestas a causa del desempleo y la pobreza que ha dejado la contingencia sanitaria.

A su juicio, es de suma importancia que el gobierno elabore y aplique planes y programas para el rescate de la economía.

“Lo primero que es notorio y además previsible, es que va a crecer el problema de seguridad pública, al crecer el problema de pobreza, y se van a manifestar causas como es el desempleo y el subempleo”.

El especialista cree que se requiere apertura gubernamental para atender la inconformidad y las protestas, mismas que podrían presentarse al culminar la cuarentena.

“Tiene que entenderse: o se atiende la economía o las cosas se van a complicar más”, comenta.

El proyecto de las hermanas Fouché busca que disminuya la explotación laboral en la industria textil y, a la vez, representa otra fuente de ingresos económicos, ante la crisis que ha dejado la pandemia.

 


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