Agencias
Budapest, Hungría
Hungría cerró este lunes su frontera a los refugiados y sólo tramitará peticiones de asilo de ciudadanos sirios con documentación, horas antes de que entrara en vigor ayer a la medianoche una legislación que establece penas de cárcel por entrar el país de forma ilegal.
El acto simbólico de esa política de mano dura ha sido la clausura de la puerta de entrada para decenas de miles de refugiados en los últimos meses: un espacio abierto en su alambrada meridional con Serbia por el que discurre una vía férrea utilizada como guía de quienes llegan procedentes de países como Siria, Irak o Afganistán.
El cierre de ese espacio se produjo de forma totalmente inesperada sobre las 16:30 horas, ya que muchos analistas consideraban que tendría lugar después de que entrase en vigor la normativa migratoria.