*Autoridades intervinieron líneas telefónicas del exgobernador sin hallar pruebas
*No implica que no los haya cometido en Estados Unidos o México, sentencia juez
Agencias
Madrid, España
El juez español Santiago Pedraz no encontró rastro de delitos de lavado de dinero u “operaciones relacionadas con organización criminal alguna” en las conversaciones telefónicas que se intervinieron al expresidente del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Humberto Moreira, durante su estancia en España.
La investigación comenzó en 2013, cuando la justicia estadounidense, que investigaba a Humberto por blanqueo y malversación, pidió a la española varias diligencias, según detalla el auto del magistrado de la Audiencia Nacional española, que dejó en libertad a Humberto Moreira el pasado viernes.
Por un lado, le pidió que interviniera el teléfono del expresidente del PRI, quien en ese momento se encontraba cursando un máster en Barcelona, y también le solicitó documentación sobre empresas y cuentas bancarias de Humberto Moreira desde enero de 2005.
La Audiencia Nacional ordenó la escucha de sus teléfonos hasta que, en diciembre de 2013, Humberto volvió a México; luego los volvió a intervenir en julio de 2014, cuando volvió a España durante un mes.
“Mientras se mantuvo la intervención telefónica se obtuvieron diversas conversaciones, de las que no se sigue actividad alguna relacionada con el blanqueo de capitales, ni aún de operaciones relacionadas con organización criminal alguna”, afirma el juez, que mantiene la causa bajo secreto de sumario.
Las autoridades norteamericanas facilitaron datos de que Humberto había desempeñado el cargo de gobernador de Coahuila de 2005 a 2011, cuando “malversó varios millones de dólares que fueron objeto de blanqueo”, explica el juez.
La información policial facilitada entonces a España por Estados Unidos afirmaba que Humberto Moreira “actuaba en connivencia” con la organización de los hermanos Raúl y Rolando González Treviño, “dedicados al blanqueo de capitales procedente del narcotráfico”, unos contactos que supuestamente el expresidente del PRI siguió teniendo cuando se trasladó a vivir a España a finales de 2012.
En las conversaciones –insiste– no aparecen, “ni siquiera criptográficamente, instrucciones, formas de proceder con dinero para ocultar”, ni se deduce que se reuniera con miembros de organizaciones criminales.
“El señor Humberto Moreira podrá o no haber cometido la malversación y posterior blanqueo –perteneciendo o no a una organización criminal en México o Estados Unidos–, mas no se acredita siquiera indiciariamente su comisión en España, ni aún en parte”, afirma.