Una de las fuentes relató que el trabajador que se negaba a votar por el PRI, era amenazado con perder prestaciones a las que tenía derecho, como algunos bonos.
El sindicato de electricistas operó un plan, en 2012, para conseguir al menos 700 mil votos en favor del entonces candidato priista Enrique Peña Nieto, según reveló un reportaje publicado por VICE News.
El plan fue denunciado ante la Fiscalía Especializada para Delitos Electorales (Fepade) , pero el caso fue desechado una vez que Peña llegó a la Presidencia.
La estrategia fue nombrada “SUTERM-Genera 10”, además de que VICE comprobó el registro de un dominio web utilizado para procesar toda la información electoral, llamado www.genera10.com, adquirido por tres años, del 26 de febrero de 2012 al 26 de febrero de 2015.
“El plan electoral del Sindicato Único de Trabajadores Electricistas de la República Mexicana (Suterm) — conformado en su mayoría por trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), empresa estatal de energía eléctrica en México — utilizó a los empleados sindicalizados, pues cada uno de los más de 70.000 afiliados tendría que haber convencido a 10 personas para votar por el entonces “candidato” del PRI”, detalló el medio.
“En la cabeza de este diagrama — en el que se hace una analogía con la generación de electricidad, para ir a juego con el gremio — estaba el secretario General, como gestor de la gran energía. Luego bajaba la ‘electricidad’ a través de dos enlaces: la Secretaría de Organización y la de Relaciones Obreras. Posteriormente se dibujaron los conductores, los circuitos, y al final los electrones, que eran los ‘familiares, amigos, grupos deportivos’ y todas las personas con las que los sindicalizados hacían vida social. Al final, el resultado debió ser una descarga de 10 votos a Enrique Peña Nieto por cada obrero del Suterm”, explica el reporteje.
La estrategia fue elaborada e instrumentada
desde el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del sindicato, además se dividió al país en cinco zonas, mientras que sus enlaces políticos fueron personas allegadas al líder del gremio, Víctor Fuentes del Villar.
El medio buscó el testimonio de exempleados, quienes fueron parte del plan y que corroboraron la información.
El plan en los estados estuvo encabezado por los líderes locales del sindicato nombrados “generadores”, quienes tenían la misión de coordinar el programa, convocar a reuniones de trabajo y evaluar resultados, además de organizar las acciones para el día de la elección.
Participaron también los secretarios de relaciones obreras y de organización de las secciones sindicales que operaban como “enlaces”, y capturaban información de una encuesta electoral, además de integrar un padrón de cada sección e identificar a los “transformadores”, quienes eran integrantes de los comités ejecutivos seccionales, delegados departamentales y líderes naturales.
“La red que instrumentaría el plan también abarcaba a los trabajadores de las secciones sindicales de las regiones identificados como ‘conductores’; éstos se encargarían de integrar la ‘red afectiva del programa’. Es decir, buscarían sumar 10 personas con las que hacen ‘vida social’, ya sea ‘integrantes de su familia, agrupaciones religiosas, juntas vecinales, grupos deportivos, etc'”.
Una de las fuentes relató que el trabajador que se negaba a votar por el PRI, era amenazado con perder prestaciones a las que tenía derecho, como algunos bonos.
A casi 4 años de dicho plan, en febrero pasado, el sindicato alertó sobre despidos en el mismo.
A continuación se reproduce el fragmento del reportaje que explica cómo operaban desde los búnkers:
En el documento ‘SUTERM-Genera 10’ se plasma que para la implementación del programa se recomendaba instalar en cada coordinación regional un espacio seguro llamado ‘Búnker de Faraday’, en referencia a Michael Faraday, un físico británico que hizo diversas aportaciones en el campo electromagnético y en la electroquímica.
Esta instalación tendría que ser: “ajena a la empresa; en la cual se puedan planear y desarrollar estrategias, llevar a cabo reuniones de difusión y capacitación, así como la revisión del avance de las metas y que funja como centro neurálgico para el día E [día de la elección]”.
El Suterm fue cuidadoso y tomó una serie de precauciones para que el plan no se conociera públicamente. Por ejemplo, en el apartado titulado El ABC de lo electoral piden no recoger la credencial para votar “en ningún momento” [aunque hay señalamientos de que sí fotocopiaron credenciales]; y evitar condicionar expresamente un favor relacionado con la función del servicio público de energía eléctrica a cambio de un voto.
También se sugiere no utilizar edificios, vehículos, equipos y demás inmuebles propiedad de la empresa para beneficio de un candidato; evitar el reparto de propaganda de cualquier tipo dentro de las instalaciones y evitar solicitar expresamente el voto, lo que tampoco se cumplió a cabalidad.
También se advierte que en el orden del día de las reuniones sindicales donde se pretenda difundir información no se incluya expresamente el tema del ‘SUTERM-Genera 10’. El sindicato también ordenó “evitar evidencia de convocatoria expresa a una reunión en la que habría de tocarse el tema, que habría de beneficiar a un candidato y evitar la presencia de cualquier medio de comunicación, prensa o elementos ajenos a los convocados”.