Al menos 28 personas murieron y más de 320 resultaron heridas el martes cuando hombres armados lanzaron un ataque coordinado contra una agencia de seguridad afgana en la capital del país. Los talibanes reclamaron la autoría del atentado.
El ataque, que incluyó un coche bomba, parecía ir dirigido contra una agencia similar al Servicio Secreto estadounidense, que proporciona seguridad personal para altos cargos del gobierno.
En el ataque murieron al menos 28 personas, indicó a la prensa el general Abdul Rahman Rahimi, jefe de policía de Kabul. El suceso comenzó con una potente explosión debida a un atentado suicida con coche bomba ante las puertas del complejo. Entonces, un grupo de milicianos armados entró en el recinto y entabló una larga batalla con las fuerzas de seguridad.
Los hospitales de la zona habían recibido por el momento 327 heridos, indicó Ismail Kawasi, portavoz del Ministerio de Salud Pública. Entre las víctimas había mujeres y niños.
Un comunicado del Ministerio del Interior señaló que docenas de civiles habían muerto o sufrido heridas en el ataque. Se esperaba que la cifra de víctimas aumentara.
“Ésta fue una de las explosiones más potentes que he oído en mi vida”, dijo Obaidullah Tarakhail, comandante de policía y que estaba presente cuando comenzó el ataque. Tarakhail dijo que durante unos 20 minutos después de la explosión no había podido ver ni oír nada. “Todo era negro y estaba cubierto de humo denso y polvo”.
Docenas edificios residenciales civiles, tiendas y oficinas gubernamentales sufrieron daños por la explosión del coche bomba.
El portavoz talibán Zabihullah Mujahid reclamó la autoría del ataque en nombre del grupo armado.
Los insurgentes talibanes han redoblado sus ataques contra las fuerzas de seguridad desde que anunciaron el inicio de su ofensiva de primavera la semana pasada.
El presidente afgano, Ashraf Ghani, emitió un comunicado condenando los ataques y dijo que “demuestra claramente la derrota del enemigo en la batalla cara a cara con las fuerzas de seguridad afganas”.
El ataque se produjo cuatro días después de otro cometido por insurgentes talibanes en la provincia norteña de Kunduz, que fue repelido por las fuerzas de seguridad afganas.
La seguridad ha mejorado en la ciudad de Kunduz, llamada igual que la provincia, y los talibanes han sido derrotados en otras partes de la zona, según autoridades locales, pero las operaciones para despejar el resto de la región de insurgentes siguen en marcha.
Los talibanes tomaron la ciudad de Kunduz durante tres días el año pasado, antes de ser expulsados en una contraofensiva de dos semanas asistida por ataques aéreos estadounidenses. Fue la incursión talibán más importante en un entorno urbano desde 2001.
(AP)