Cuando la carismática primera dama Michelle Obama dijo frente a más de cuatro mil 700 delegados demócratas que gracias a Hillary Clinton ahora sus hijas dan por sentado que una mujer puede ser presidenta de Estados Unidos, brindó no solo un gran apoyo a la virtual candidata oficial de su partido, sino que reivindicó una aspiración histórica.
Nunca en la historia de Estados Unidos una mujer ha sido presidenta y Clinton se encuentra en la carrera final por dar un giro más a sus páginas, luego de que Barack Obama fuera electo como el primer afroamericano en llegar a la Casa Blanca.
Michelle Obama recalcó que al mirar a sus hijas cuando juegan con sus perros en el jardín de la Casa Blanca, que fue construida por esclavos negros, percibe que “debido a Hillary Clinton, mis hijas, todos nuestros hijos e hijas, ahora dan por sentado que una mujer puede ser presidenta de Estados Unidos”.
La primera dama estadunidense entusiasmó con su discurso a una multitud reunida la noche de este lunes en el Centro Wells Fargo de Filadelfia, sede de la Convención Nacional Demócrata, al respaldar a Hillary Clinton, quien -aseguró- “nunca se dobla”.