¡No me dispares! Soy Goru, vivo en la calle de Alfaro, en el centro de Xalapa.
Soy un gato casero, estoy esterilizado, tengo mi propio arenero y comida, pero aun así, necesito salir a la azotea. El domingo 24 de julio, uno de mis vecinos me disparó, me perforó el tórax, los pulmones y el hígado. Tendré que vivir el resto de mi vida con un balín en el abdomen. Esto provocó que estuviera en el hospital cuatro noches y un gasto de casi cuatro mil pesos a mi dueño. La Ley de Protección Animal dice que puedo denunciar a cualquiera que intente hacer actos de crueldad o maltrato hacia mí, para así garantizar mi protección. Puedes adquirir una multa de hasta 500 días de salario mínimo, más los costos de indemnización o prisión”.
De esta forma, Samuel Padilla denunció en las redes sociales la agresión con un balín a su gato Goru en Xalapa. Desde este jueves se puede leer esta denuncia de maltrato animal en postes y paredes de esta capital con el fin de que el agresor sea castigado como lo dictan las recientes leyes aprobadas y para evitar que siga hiriendo o matando a más gatos.
“Ya pasó más de una semana, cuando lo vi, ya estaba todo engarrotado, de hecho pensé que estaba envenenado porque había vomitado. Lo llevé al veterinario de Ávila Camacho, le hicieron estudios de sangre y todo salió normal. Le vi un orificio en el pecho, pero no vimos que sangrara. Pensamos que era una lesión, no parecía tan grave, ya con la radiografía salió que le había perforado el tórax y que le había llegado hasta el abdomen, cerca del hígado y el pulmón”.
Samuel buscó denunciar a través del Departamento de Control y Salud Animal de esta ciudad el atentado contra su gato, pero le dijeron que nada podían hacer.
“Me encontré en la página de Salud Animalista, algunos teléfonos, entre ellos el que compete al ayuntamiento donde hablé para que me explicaran lo que se tenía que hacer, el procedimiento, me preguntaron si sabía quién era la persona que le había hecho daño, pero yo vi al gato ya en mi casa herido, le dije que no, me dijeron que no se podía hacer nada. Sólo me quedó hacer la denuncia en redes y voy a pegar carteles en la calle, con los vecinos y en la tienda de la calle para que sepan que es un delito…un vecino me dijo que encontró a un gato muerto en su azotea”.
La Ley de Protección a los Animales para el Estado de Veracruz indica en su Capítulo 1 apartado IX de fine como “crueldad” a todo acto de brutalidad, sádico o zoofílico contra cualquier animal, ya sea por acción directa o por negligencia y en su Artículo 71 fija sanciones que van desde la amonestación; multa, de diez a quinientos días de salario y arresto administrativo de hasta por treinta y seis horas.
El Reglamento y Ley de Protección Animal aprobado en el 2012 por el Congreso del Estado cita en su Capítulo IX DE LAS SANCIONES, Artículo 79., Capítulo II que “Cualquier mutilación, que no se efectúe bajo el cuidado de un médico veterinario; III. Torturar o maltratar a un animal por maldad, brutalidad, egoísmo o grave negligencia”.
“Mi gato tiene derecho al respeto a una azotea, en el cruce de tus vecinos. De acuerdo a su especie, tiene que salir. Esto implica que ahora tenga que mantener las ventas cerradas en mi casa. Eso significa que tanto él como yo vivimos encerrados. Mantener el encierro para mascotas y personas te habla de la inseguridad en el centro de esta ciudad”, lamentó Samuel Padilla.