He sido acusado de emplear un lenguaje grosero y vulgar e incluso el de ser muy directo, pero nuestro lenguaje tiene como objetivo comunicar el pensamiento. Si cuando hablamos y decimos tonterías los demás nunca están de acuerdo con nosotros, ¿por qué deberían de sentirse cómodos cuando decimos obscenidades? Desde niños se nos ha enseñado que no hay que decir groserías porque eso da una mala imagen de nosotros, por eso en las mujeres se recalca mucho cuando decimos que ellas no deben decirlas. Usted lector, no sé hasta donde estará de acuerdo conmigo, pero considero que si la música es el arte donde expresamos los sentimientos, sostengo que lo que hoy se escucha es un producto de la globalización, es decir, es una cultura de “escucha la pista y dale siguiente” como la del desechable: “úselo y tírelo”. Si somos tan capaces de soltar una canción de moda que suena por dos o tres meses, ¿qué otras cosas no soltamos después de haber sido satisfecho ese deseo de sentir algo? He escuchado en muchas personas decir que les gusta de toda la música y cuando dicen que cierta canción no les gusta, surge una contradicción porque confunden género con música. La música puede ser difícil de definir como la palabra cultura, pero por ahora me referiré a ella como la que nunca debe afanarse a querer ser como otra, o sonar como otra, sino construir su propio crecimiento, analizar su camino y abrirse su propio haber musical. Cuando usted lee cartas, poesía de amor o escucha música, que es de su agrado, tiene que sentir algo, se tiene que conmover con ese lenguaje emotivo que se usa en ellas, pero ¿qué se puede decir de esa música que escuchan hoy en día los jóvenes? Nuestra cultura musical ha comenzado a normalizar las palabras sexuales que contienen, por ejemplo, el sexo oral suena mucho en esas canciones. He pensado que si nos quitamos nuestros prejuicios podemos disfrutar de cualquier género musical, pero ahora me estoy refiriendo a toda la música en su conjunto. Por ejemplo, hay grupos religiosos que prohíben a sus hijos escuchar cierto tipo de música como por ejemplo el Metal o el Rock. En ocasiones, cuando le preguntaba a la gente qué tipo de música le gustaba se referían a la Metallica no como banda sino cómo género. La velocidad de la batería, la guitarra y el sonido de voz, hacen prejuicios simplemente porque tampoco saben lo que significa por no saber el idioma en el que se cantan. Hoy en día puedes encontrar un montón de videos subtitulados, pero anteriormente cuando a alguien le gustaba un género musical se involucraba por completo en él porque le apasionaba, incluso se aprendía sus canciones en el idioma original. En un momento llegue a la conclusión de que Cartel de Santa solo cambia la letra, pero su intención sigue siendo la misma, es decir, resaltar las armas, drogas y sexo. Entonces no me sorprende cuando va a sacar algo “nuevo”. No me gustan las clases de moral porque cuando iba en la secundaria llegó un sujeto a dar una reflexión de la culpa y entre eso dijo que la canción de “Dónde están perros” se refería a nosotros como un insulto de lo más bajo. La verdad es que ignore lo que había dicho, pero hasta la fecha sigo escuchando esa canción. Yo nací en el año de 1994 y crecí escuchando música hasta el 2000. Confieso que no estoy justificando lo que yo escuchaba, pero en verdad, no se decían vulgaridades como las que se dicen hoy en día y sé que muchos estarán de acuerdo en que anteriormente cuando alguien dedicaba una canción era más por lo que decía, es decir, nos identificamos en ella. Así que no estaría muy de acuerdo en que le dedicaras una canción que le dijera lo que sexualmente le herías, eso sabiendo con qué tipo de mujeres se mete uno. Por ejemplo, las mujeres anteriormente cuando salían en un video musical no salían tan desnudas, hoy se les hace el sexo en la letra de esas canciones.
Le dije que no me gustan las clases de moral, pero la música es una fuente histórica para saber cómo evolucionan nuestras ideas y nuestros sentimientos. Si usted revisa la historia de la música se dará cuenta que tiene una gran influencia en la sociedad y nos muestra sus cambios, por lo tanto, la música que se esta produciendo dice y dirá mucho de nosotros en el próximo siglo. Si nuestro Himno Nacional Mexicano refleja nuestro sentimiento nacionalista, entonces ¿nuestros músicos promueven la narco-cultura, la violencia, el sadismo, el sufrimiento y el enamorado que esta solo y además sufre?
Somos bombardeados por imágenes y canciones que reflejan nuestra sociedad de consumo, como para despertar ese deseo constante que nos contó Aldous Huxley, en su famosa obra “Un mundo feliz”. Una sociedad en donde se les droga en todo momento (SOMA), se les muestran imágenes de desnudos para que ellos también se desnuden y tengan sexo, las mujeres se acuestan con todos, porque nunca más pueden embarazarse. No sé a qué se refería tanto Huxley con lo de feliz, pero esta todavía muy lejos de lo quiso predecir.
Osbaldo Ramos Vázquez