24 de Noviembre de 2024
 

Manuel Zepeda Ramos - Ocurrencias

Piedra Imán

Manuel Zepeda Ramos

Ocurrencias

Ochenta. Primer Día de Reyes de la última década del siglo pasado.

Junto al nacimiento del canal de televisión —4Más le pusieron en el arranque—, la segunda época de Radio Universidad Veracruzana salía al aire con 20 horas ininterrumpidas de transmisión. José López Portillo, Presidente de México, los inauguraba desde la antigua biblioteca de la principal Casa de Estudios del estado, la que alberga arriba de las escaleras uno de los murales que Mario Orozco Rivera pintara en Xalapa, ese edificio que está en el Campus Xalapa entre la Facultad de Contaduría y Administración y la Facultad de Biología.

De inmediato, la radio universitaria se hizo notar.

Era un medio de comunicación que pretendía llegar a todos los sectores de población en las horas que esos sectores sintonizaban la frecuencia radiofónica, cualquiera, del cuadrante veracruzano. Era la única permisionaria en Veracruz.

 

Difícil tarea.

La XERUV -—con siglas nuevas que el momento ameritaba—, se esmeró. Toda su programación era producida por ella, con el auxilio de egresados de las facultades de Letras y Comunicación de nuestra gran Casa, principalmente. Los resultados se vinieron en cascada dos años después. Siete de once premios nacionales de radio vinieron a la Universidad Veracruzana dejando a un lado del camino a Radio Educación y a Radio UNAM.

Había nacido en la UV un modelo nuevo de hacer radio para el beneficio de las mayorías.

Llamaba la atención y entusiasmaba que universidades de la región, dada la nueva potencia y cobertura que permitía que XERUV remontara las fronteras veracruzanas, observaran el modelo que proponía acciones nuevas y posibles. Muchas tesis de sus estudiantes de comunicación se hicieron a partir del nuevo modelo de comunicación radiofónica de la UV.

La Universidad de las Américas fue una de ellas, quizá la que más tesis al respecto desarrolló.

Si usted va a la biblioteca de la UDLA, en Cholula, habrá de encontrar tesis de licenciatura y maestría sobre el nuevo modelo para hacer radio de vanguardia. Era la década de los ochenta.

Han pasado más de treinta años y en México han pasado muchas cosas.

La salida del PRI de Los Pinos y su regreso, ambos momentos por la vía democrática, son sucesos fundamentales que no se pueden soslayar.

Hoy, las reformas estructurales habrán de permitir el nacimiento de varias nuevas frecuencias televisivas nacionales. La puja ya está y son varias las empresas que concursan para ello.

Los contenidos y sus métodos de trabajo deben ser asuntos que influyan grandemente en la decisión. El pueblo de México necesita ver una televisión renovada, que eduque y esté al servicio del desarrollo, cuyos objetivos principales sean eso y no las ganancias millonarias que una frecuencia de este tipo pueda obtener, con un ejemplo basta, a costa del deterioro de la salud de las futuras generaciones que son todavía las más obesas del Planeta.

Hace unas horas, la UDLA presentó en el canal de vanguardia de Televisa una propuesta nueva de acción televisiva en donde la vanguardia no existe.

El modelo fue presentado por su Rector, el Doctor Luis Ernesto Derbez Bautista.

Es el mismo personaje que fue destacado funcionario del régimen de Vicente Fox. Derbez se peleó a muerte con el canciller Castañeda y salió triunfal en el intento. El imaginario colectivo todavía recuerda el beso de la pasión de Vicente y Martha frente a la Capilla de San Pedro, en Roma, momentos antes de que el ahora nuevo rector partiera hacia China a la reunión mundial de Comercio representando a México y no Jorge Castañeda como su investidura lo indicaba.

La propuesta de programa, que habrá de aparecer en el canal de televisa pronto, describe un diálogo con los mejores jóvenes de México y los estudiantes de la UDLA. Hasta allí muy bien.

Pero cuando viene la propuesta de los jóvenes valores de México, salvo la presencia de Carlos Loret de Mola, los jóvenes allí anunciados ni son tan jóvenes y tampoco las referencias que nuestros jóvenes requieren para convertirse en palancas del desarrollo.

¿No hay jóvenes valiosos en México? ¿No hay, acaso, vanguardistas del conocimiento?

Basta con voltear a ver a las diez universidades de punta en nuestro país, públicas y privadas, para encontrarlos. Allí mismo en la UDLA deben de haber.

Adal Ramones o el sobrino del Rector, Eugenio Derbez, no aportarán nada a los jóvenes de México. Al contrario; el Peluche y la rampabolla dañan tanto a los jóvenes como la comida chatarra.

Sin duda, al arrogante Rector le han tomado el pelo. Y no se dio cuenta. Los paradigmas habrán de cambiar en los próximos años. Y con ellos, las ocurrencias habrán de llegar a su fin, esperando que sea para siempre en nuestro país que requiere de medios de comunicación que sirvan y no que embrutezcan. Que propongan y no que mediaticen.

Sin ir tan lejos, la propuesta televisiva de la Universidad de Xalapa es de mejor calidad.

Es más importante que la UDLA encuentre chamba para sus egresados, slogan de campaña lanzado desde Cholula desde hace tiempo y poco cumplido, que proponer programas ante el reto por venir.

Ocurrencias desfasadas en pleno siglo XXI.

 

 

 

 

 



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