20 de Enero de 2025
 

¿Qué hace desgraciada a la gente? / Por Lic. Osbaldo Ramos Vázquez

 

 

 

 

La infelicidad, como sombra omnipresente, acompaña a la humanidad desde sus orígenes. Incluso los que se consideran cristianos se sienten tan desgraciados que ni su amor por Dios los satisface. Filósofos, poetas, teólogos y pensadores de todas las épocas se han interrogado sobre las causas de este malestar generalizado. ¿Qué es lo que nos impide alcanzar la felicidad plena? ¿Existen factores universales que nos conducen a la infelicidad o cada individuo la experimenta de manera única?

Bertrand Russell, en su clásico ensayo "La conquista de la felicidad", nos invita a una profunda reflexión sobre este tema. Según el filósofo británico, la infelicidad tiene múltiples causas, entre las que destacan:

 * La búsqueda incesante de placer: La idea de que la felicidad reside en la satisfacción constante de nuestros deseos puede llevarnos a una espiral de insatisfacción. Al alcanzar un objetivo, rápidamente fijamos otro, generando una sensación de vacío permanente.

 * El miedo al futuro: La incertidumbre sobre lo que nos depara el mañana puede generar ansiedad y estrés. La preocupación excesiva por el futuro nos impide disfrutar del presente.

 * La comparación social: La tendencia a compararnos con los demás puede llevarnos a sentirnos inferiores o inadecuados. Las redes sociales, con su constante exposición a vidas aparentemente perfectas, exacerban este sentimiento.

 * La falta de sentido: La sensación de que nuestra vida carece de propósito puede generar un profundo vacío existencial.

Sin embargo, la infelicidad no es una fatalidad. Russell nos propone una serie de estrategias para alcanzar una mayor felicidad, como el cultivo de relaciones interpersonales significativas, el desarrollo de intereses intelectuales y la aceptación de la realidad tal como es.

Yo encuentro mucha satisfacción en la lectura. Por ejemplo, cuando voy a realizar un registro en alguna oficina, mientras estoy en la sala de espera de los autobuses o simplemente viajando, es el mejor momento para mí, porque todos están distraídos con su celular y yo le sigo, pero en él tengo demasiados libros y lo que hago es viajar doble: en el autobús y en la imaginación. Los libros me han llevado a mundos lejanos y los que nunca fueron, pero sin la imaginación nunca hubiera llegado. Es la mejor satisfacción que he desarrollado en los últimos años. Los libros me han hecho combatir sin tregua las malas creencias, entre ellas el miedo y el pecado.

No pretendo ofrecer respuestas definitivas a preguntas complejas, sino más bien estimular la reflexión personal. Cada individuo debe encontrar su propio camino hacia la felicidad, explorando sus valores, sus pasiones y sus miedos más profundos.

Te invito, lector, a sumergirse en esta fascinante exploración. Quizás yo lo encuentro en los libros, pero tú puedes hacerlo en la música, la pintura, el baile o en las matemáticas. En mi juventud conocí a un matemático de nombre Noé. Veía como exponía la embriaguez intelectual que le producía enseñar matemáticas. Yo mismo he sentido esa embriaguez intelectual con las obras filosóficas de grandes plumas. Pregunta para ti lector: ¿Qué te hace infeliz? ¿Qué cambios podrías realizar en tu vida para alcanzar una mayor satisfacción? ¿Cuáles son tus mayores miedos y cómo puedes superarlos?

Al reflexionar sobre estas preguntas, estarás dando los primeros pasos hacia una vida más plena y significativa. Recuerda que la felicidad no es un destino, sino un viaje que se construye día a día. Si la felicidad fuera algo que se encuentra a la vuelta de la esquina no habría necesidad de que los psicólogos o los mismos filósofos dieran herramientas para combatir ese malestar. Es importante señalar que hay mucha psicología pop en redes sociales y se lanzan con las siguientes afirmaciones: sé feliz, tú puedes, cambia tus emociones, da el primer paso. Eso suena demasiado a la autoayuda, pero no ayuda y cada vez se sienten más terribles las desgracias.

Preguntas para la reflexión:

 * ¿Crees que la búsqueda de la felicidad es un objetivo realista?

 * ¿Qué papel juega la cultura en la construcción de nuestras ideas sobre la felicidad?

 * ¿Cómo influyen las experiencias de la infancia en nuestra capacidad para ser felices?

 * ¿Qué papel juega la espiritualidad en la búsqueda de la felicidad?

Por mi parte, he de decir que la felicidad consiste en no necesitarla. Yo he aprendido a reflexionar sobre ella desde que conocí el ensayo de Bertrand Russell. Llevo varios años leyéndolo y es como si fuera la primera vez. En él encuentro más psicología que todos los que presumen su título y sus obras carentes de reflexión. La infelicidad es una experiencia universal que nos desafía a cuestionar nuestros valores, nuestras creencias y nuestras formas de relacionarnos con el mundo. Al comprender las causas de nuestro malestar, podemos tomar medidas para transformar nuestra vida y alcanzar una mayor felicidad. Cuando deje de sentir el sentimiento del pecado, comencé a ser más amable y empático con la gente porque pecar no es fallarle a Dios sino a ese envenenador de la vida que es el sacerdote.