13 de Agosto de 2025
 

REFORMA ELECTORAL: LA CLAVE DEL 2030 / Por Jorge Luis Borboa

 

 

En estos últimos días, la presidenta Claudia Sheinbaum informó sobre su nuevo proyecto que refiere a una reforma electoral, misma que ya se había intentado por parte del expresidente López Obrador en 2023, pero que fracasó al no tener las dos terceras partes del Congreso, así como la declaratoria de invalidez de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, pero ahora las cosas son diferentes, por lo cual una reforma electoral en este contexto tendrá implicaciones contundentes en las elecciones de 2027 y 2030, incluso más allá de la próxima década, por lo cual es necesario analizar este proyecto que ahora está en una fase preliminar, pero que en menos de lo que pensamos estará en debate legislativo.

Para comprender el impacto de esta reforma debemos trasladarnos al año 1977, cuando el abogado Jesús Reyes Heroles, Secretario de Gobernación del expresidente José López Portillo, impulsó un proyecto de reforma para darle al sistema político mexicano una pluralidad partidista, ya que en las elecciones presidenciales de 1976 nadie contendió para la presidencia salvo José López Portillo, evidenciando la nula credibilidad del sistema, por lo cual se dieron espacios políticos a los demás partidos políticos, iniciando en los municipios, Congresos Locales y poco a poco en el Congreso Federal, dando frutos en 1988 cuando finalmente hubo verdadera competencia en las elecciones, pero con transparencia y resultados dudosos por el polémico triunfo de Carlos Salinas de Gortari y la caída del sistema.

Derivado de lo anterior se hizo otra reforma electoral en 1990 donde se creó el Instituto Federal Electoral (IFE), teniendo su autonomía con la reforma de 1996, además de la creación del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, y por último la reforma más reciente en material electoral del año 2014, donde se cambió al IFE por INE (Instituto Nacional Electoral), con propósito de designar consejeros electorales estatales, además de la influencia en los Organismos Públicos Locales Electorales (OPLE), sin olvidar la legalización de las candidaturas independientes, la homologación de procesos electorales locales y federales, la reelección en cargos legislativos y municipales, la fijación del 3% para que los partidos políticos conserven el registro, así como la creación de nuevas leyes electorales.

Aunado a lo anterior, el cambio se observó desde 1989 cuando por primera vez la oposición encabezada por el PAN ganó la gobernatura de Baja California, y seguida de esta victoria le fueron siguiendo varios estados hasta que se dio la alternancia en el poder de 1997 al 2000, culminando con el triunfo de Vicente Fox Quesada, dando un periodo de pluralidad partidista que se rompería definitivamente en el 2024.

Con esto ya podemos entender nuestro sistema político-electoral, por lo cual este nuevo proyecto de reforma propone reducir al máximo el presupuesto asignado a los partidos políticos para hacer menos costosas las elecciones, la eliminación de los diputados y senadores plurinominales, la disminución de diputados locales, la regulación y limitación de las atribuciones de los consejeros del INE, y lo que vaya resultando de la Comisión encargada del proyecto.

Aparentemente esta reforma sería excelente, sin embargo hay muchas letras pequeñas que no se ven en esta reforma, pues en el caso del presupuesto, se toma como referencia el de la elección judicial del 2024, siendo esto incorrecto ya que esa elección fue especial y más costosa, además en la reducción de financiamiento a los partidos políticos no se menciona que el partido que tenga mayoría puede tener acceso a otro tipo de cajas que no sea el presupuesto electoral, dejando a todos los demás partidos en desventaja y condenando a los de nueva creación; asimismo tenemos que la eliminación de los plurinominales daría pauta para que solo ocupen los cargos los que sean votados, aunque aún no se menciona cómo se le dará espacio político a la oposición; en cuanto a la regulación de los consejeros electorales puede ser contraproducente, provocando la pérdida definitiva de la autonomía del INE; y por último tenemos que se hará una encuesta para saber la opinión de la ciudadanía, ejercicios que en la práctica resultaron deficientes.

Es momento de reflexionar, pues este proyecto apenas será tratado en Comisión, por lo que falta tiempo para que se debata y vote esta iniciativa de ley, por lo cual debemos ser cautos con el contenido del proyecto, pues a simple vista es una reforma que traería beneficios, sin embargo aún no sabemos todos los puntos de la misma ni las implicaciones o trasfondo de esta, y es por ello que de aprobarse pueden pasar dos cosas; se estructura un sistema electoral más justo o en el peor escenario, se consolidará un nuevo sistema de partido único donde ningún otro partido tendrá oportunidad de competir, con plena desventaja judicializada por el partido en el poder, por lo tanto esto es de suma importancia para el destino de México en la próxima década, o ¿Qué opinas?



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