María Corina Machado no es la fuerte en esta pelea. No compren esa sandez complotista de que la apoya el gobierno planetario en las sombras, por Dios. No hay gobiernos planetarios. El mundo no se parece a “Los expedientes secretos X”.
Lo que sí hay es un régimen, el de Maduro, antes de Chávez, que es, en efecto, una tiranía controlada por capos del crimen organizado, y que tiene todos los mecanismos del poder en la mano, desde los medios, comprados, inventados para hacer propaganda o sometidos; hasta el petróleo del país, por menguante que ande la producción y por descomunal que haya sido el saqueo de sus reservas; hasta los jueces y el tribunal electoral (¿les suena?); hasta el ejército, corrompido y transformado en cómplice y guarura de los mafiosos que gobiernan el país; hasta las bandas paramilitares que aterrorizan a la población; hasta el aparato cubano de represión y espionaje; hasta el apoyo cambiante pero continuo de países poderosos como China o Rusia, y hasta, claro, la complicidad política y propagandística de abundantes figuras de la izquierda tonta planetaria, que es casi toda la izquierda, desde Podemos y Zapatero en España, hasta paletos de vieja guardia como Ignacio Ramonet, hasta, cómo no, el morenismo recalcitrante, que incluye legisladores en guayabera o huipil, moneros y algún columnista sin pudores. Ah, y a nuestro gobierno, que apoya al de Maduro, por activa, como AMLO, o por pasiva, como hoy.
Desde luego, la Machado tampoco es la golpista en esta historia. Igual: no se compren esa. El golpe lo dieron Maduro y sus secuaces, que le negaron a la oposición un triunfo inapelable en las urnas y luego desataron una represión salvaje que incluye la inhabilitación de la propia Machado o el exilio de Edmundo González, sí, pero también una barbaridad de casos de desaparición, arrestos y tortura.
Finalmente, la ganadora del Nobel no representa a la ultraderecha. Esa etiqueta, lo sabemos de sobra hoy en día, como la de “facho”, es la que el chairismo planetario le pega a cualquiera que haga temblar a las dictaduras ideológicamente aceptables.
¿Que no oculta su religiosidad? Pues no, pero eso no te convierte en un ultra. ¿Que dedicó palabras de agradecimiento a Trump? Pues sí, pero es que Trump, en lo que toca a Venezuela, está, por las razones que sean, del lado correcto: con las libertades, cuya defensa en efecto representa la señora Machado, y contra la aberración populachera, pseudo progre y delincuencial del madurismo.
Bien por los señores del Nobel. Esta vez, sin medias tintas ni ambigüedades, premiaron a una figura valiente y democrática. También sin titubeos, disfrutemos el gesto de la Academia, la rabieta del chairisimo planetario y, por qué no, hasta el terror que le provocan a Maduro esos barcos militares gringos. Carpe diem.