El pasado domingo se realizó la segunda vuelta presidencial en Chile, significando un cambio de rumbo en Latinoamérica, pues con el triunfo de la derecha, es necesario analizar cómo está cambiando le tendencia política en el continente.
Para adentrarnos en el contexto político chileno, es necesario conocer la historia reciente de ese país, remontándonos a 1973 cuando el presidente socialista Salvador Allende perdió el control del gobierno al tener malos resultados en su gestión, sumiendo a Chile en una crisis económica, social y política, que provocó la sublevación de gran parte de los militares liderados por Augusto Pinochet Ugarte, resultando en el suicidio del presidente Allende y el ascenso de Pinochet en el poder, liderando el país desde 1973 hasta 1990, creando en el proceso la Constitución actual de Chile.
Dicho lo anterior, es necesario recalcar que gracias a la política económica del gobierno pinochetista y la Constitución de 1980, el país sudamericano pudo desarrollarse en todos los aspectos, sin embargo de 1990 al 2010, Chile tuvo presidentes de centro izquierda e izquierda radical, no obstante esa hegemonía se interrumpió con Sebastián Piñera del 2010 al 2014, y del 2018 al 2022, siendo un gobierno de centro derecha que relativamente funcionaba bien, desafortunadamente el acontecimiento que afectaría a la sociedad chilena fue el Estallido Social del 2019, el cual fue causado por el estancamiento económico en Chile, ya que con las políticas de presidentes izquierdistas como Michelle Bachelet Jeria (2006-2010; 2014-2018), además del reclamo de un sector de la sociedad que consideraba a la Constitución de 1980 como ilegítima por promulgarse en el gobierno de Augusto Pinochet, ya que si bien esa Carta Magna protege la libertad económica, algunos sectores consideran que inhibe y abandona derechos sociales, resultando en el Estallido del 2019.
A raíz de los acontecimientos del 2019, se decidió hacer un plebiscito para redactar una nueva Constitución en el año 2020, el cual se caracterizó por una baja participación del 50%, el cual decidió con el 80% aprobar una Convención Constitucional, lo cual en teoría significó un triunfo para el sector de la izquierda, ya que ellos fueron los artífices de las protestas, sin embargo ya con el presidente de extrema izquierda Gabriel Boric, se realizó un plebiscito para votar la propuesta de la nueva Constitución en 2022, resultando en el rechazo del 62% de los chilenos a la propuesta de la izquierda, lo cual fue un golpe político al presidente Boric, ocasionando de nueva cuenta la redacción de otra propuesta de Constitución, haciendo otro plebiscito de esa propuesta en 2023 que estuvo liderado por la derecha, resultando nuevamente en el rechazo con un 55%, cerrando así la posibilidad de una nueva Constitución, derivando una caída del gobierno del aún presidente de Chile Gabriel Boric, que además del fracaso del proceso constituyente se agregan los malos resultados en su gestión, especialmente en materia económica, de transparencia, seguridad y migración.
Una vez comprendido lo anterior, la situación de Chile ha ido empeorando en los últimos años, siendo ese el motivo por el cual la derecha chilena finalmente se alzó como una oposición firme, algo no visto desde el regreso a la democracia en 1990, siendo el líder de la derecha José Antonio Kast Rist, quien compitió por la presidencia en 3 ocasiones, la primera en 2017 quedando en cuarto lugar con el 8% de los votos, así como en las elecciones del 2021 quedando en segundo lugar con el 44% de los votos.
Finalmente la tercera fue la vencida, ya que José Antonio Kast triunfó en las elecciones del 2025 con el 58% de los sufragios, siendo la primera vez en toda la historia que la derecha chilena gana con un margen tan alto, pues el segundo lugar Jeannette Jara sacó el 42% de la votación. Dicho triunfo superó a los del expresidente de centro derecha Sebastián Piñera, convirtiéndose así José Antonio Kast en el candidato más votado en la historia de Chile con más de 7 millones de votos.
Se concluye que con el triunfo de Kast en Chile, se consolida la corriente derechista en América, ya que con las recientes victorias como la de Javier Milei en Argentina, Santiago Peña en Paraguay, Nayib Bukele en El Salvador, Donald Trump en Estados Unidos, Daniel Noboa en Ecuador, Nasry Asfura en Honduras y ahora José Antonio Kast en Chile, hay mucha expectativa en las próximas elecciones de Brasil, Colombia y Perú del 2026.
Es momento de reflexionar, ya que México aún es estandarte de la izquierda en el continente, sin embargo con todo lo que ha pasado en el primer año de gobierno de Claudia Sheinbaum, hay incertidumbre de cara a las elecciones intermedias del 2027, pues se renueva la Cámara de Diputados, la mayoría de Congresos Locales, Gobernaturas y Ayuntamientos, significando un reto enorme para el oficialismo, ya que debe mantener su status quo en la mayoría de los estados y en el Congreso, porque de eso depende el futuro de su administración, y de la supervivencia morenista en 2030.
