Sin tacto
Por Sergio González Levet
Alma Carter
Cualquier muerte es lamentable, cualquier fallecimiento es triste por inconmensurable y definitivo. Pero cuando se adelanta en el camino una persona joven y con promesa de futuro como que queda un sentimiento de injusticia, de frustración, un infortunio tal vez mayor.
Por eso la noticia de que Alma Carter López finalmente había perdido su cruenta y dura batalla contra el cáncer nos llenó de desaliento y desánimo —tal vez de ira adjuntada con el dolor— a quienes la conocimos y supimos de sus proyectos, de sus sueños, de lo que se había planteado para ella misma en un futuro que había labrado a fuerza de estudios, de preparación, de trabajo.
Directora de Planeación de la Sedesol veracruzana desde diciembre de 2010, y funcionaria de la Secretaría de Comunicaciones en el sexenio anterior, Alma había ido desarrollando una creciente carrera en la administración pública estatal y se había dado tiempo para añadir a su título de Ingeniera en Electrónica por la Universidad de las Américas de Puebla, un Master en Comunicaciones Móviles en la Fundación Politécnica de Catalunya (FPC)-Fundación Vodafone en Barcelona, y la especialidad en Comunicaciones Royal Melbourne Institute of Technology de Australia.
No contenta con ello, mujer siempre inquieta y en busca de nuevos horizontes, hace poco había culminado una segunda maestría, ahora en el terreno de la equidad de género.
Pero su participación en la política no se circunscribía a su responsabilidad oficial, y por eso le gustaba participar activamente en el ámbito partidista. Durante los últimos años había estado junto a Fernando Sánchez como vicepresidenta de la Fundación Colosio-Veracruz, y había formado parte importante del grupo de mujeres colosistas que tanto trabajo desarrollaron, tanto en sus aportaciones teóricas como en su actividad práctica, sobre todo durante las dos últimas elecciones, las de diputados federales y las de alcaldes y diputados locales.
Precisamente en ese último proceso Alma participó como diputada local suplente del abanderado del Partido Verde Ecologista de México, que contendió en alianza con el PRI.
Fruto de su carácter jovial y cercano, enemiga de la confrontación y orientada siempre hacia la convivencia sana y cordial, Alma tenía una enorme cantidad de amigos. La noticia de su desenlace corrió ayer por los corrillos políticos de Xalapa como una gran conmoción.
He conocido la enorme tristeza de su madre, la doctora Alma Delia López Severino, y de sus tías.
Sé también que sus amigas la lloran desconsoladamente y extrañan su calidad humana, sus consejos siempre bien intencionados, su don de gentes.
Elsa, Verónica, Lourdes, Noemí, Aracely, Corintia, Denisse, Arminda, Rosa, Sandra seguirán siendo un grupo cohesionado y se seguirán reuniendo como antes, aunque ahora permeará entre ellas el espíritu y el recuerdo de su amiga ida, una de las mejores, de las más queridas…
Descanse en paz.
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