Piedra imán
Moncloa
Manuel Zepeda Ramos
Giral. Su nombre de pila era Francisco. Fue el gran maestro de Química de la Facultad de Química de la UNAM durante muchas generaciones.
Francisco Giral González nació en Salamanca, España, en 1911. Exiliado en México con motivo de la Guerra Civil Española en 1939, es hijo de José Giral Pereira, quien fuera Presidente del Consejo de Ministros de la República Española en el exilio, quien también fue Químico Farmacéutico y exiliado en nuestro país.
Desde su llegada al país en 1939 hasta su muerte en 2002, sucedida en la Ciudad de México, Giral González impartió su cátedra en la UNAM. Allí fue reconocido como uno de los grandes científicos mexicanos del siglo XX.
Sus muchas aportaciones importantes lo llevaron a incursionar fuertemente en los esteroides, en el campo de la síntesis química, descubriendo moléculas derivadas de productos vegetales regionales. Sus alumnos descubrieron compuestos orgánicos desconocidos, poniéndole Giralgenina a una de ellas, en honor a don Francisco Giral. Esa molécula es un derivado esteroidal de origen fitoquímico, muy importante para la fabricación de substancias anabólicas.
Como don Francisco Giral, que por cierto descubrió otra substancia de origen fitoquímico a la que le puso Cardenagenina en honor del General Lázaro Cárdenas del Río, llegaron a nuestro país como resultado de la guerra civil española un sin número de científicos, literatos, músicos y artistas republicanos, los que perdieron la guerra, que vinieron a renovar la vida inteligente nacional aportando talento y grandes resultados a la actividad cotidiana de la academia y el pensamiento.
Fue el General Cárdenas -de allí el homenaje de Giral al Presidente de México con su substancia descubierta-, quien permitió, con la internación de exiliados políticos a nuestro país en esa cantidad de españoles, al talento ibérico florecer notablemente en México, de la mano de nuestros artistas y científicos. Este hecho se ha marcado para siempre en el imaginario colectivo español y mexicano, quien habrá de celebrar eternamente este gesto humanitario que nos describe como país solidario con el conglomerado Planetario.
La guerra civil española desgarró familias y sacrificó miles de vidas en una guerra cruenta en donde se enfrentaban familias enteras de una misma mata que eran republicanos o falangistas, de izquierda o de derecha, que morían en el campo de batalla por sus ideales.
El triunfo de Francisco Franco llevó a España a una dictadura de más de 40 años. El pueblo que la apoyó, terminó repudiando el parecer del gobierno en funciones eternas, severas y de terrible opresión. En los últimos años de la Falange, en donde la salud del dictador mostraba signos evidentes de deterioro, todo el pueblo contaba los días, las horas y los segundos de vida que le quedaban a Francisco Franco.
El día de su muerte fue día de fiesta para España.
Pero también fue día de preocupación para los políticos y pensadores españoles que habrían de reconstruir a esa gran nación.
Juan Carlos de Borbón regresa a España y asume su reinado.
Ya ungido, Juan Carlos nombra a Adolfo Suárez, nacido en una familia humilde de Ávila en donde tuvo que trabajar desde pequeño ante la ausencia del padre, Primer Ministro de España sorprendiendo a muchos e indignando a casi todos. Adolfo Suárez se enfrentó a la tarea de tejer fino entre una clase política caduca y autoritaria de la dictadura franquista y una oposición muy belicosa pero sin experiencia, castigada hasta la saciedad y la ignominia por un régimen intolerante, buscando en el tejido la aparición de un nuevo sistema de convivencia aceptable para todos, moderno, parecido a los de los nuevos países europeos. Todo esto, en medio de una crisis económica sin precedente.
Adolfo Suárez se traslada al Palacio de la Moncloa con todo y su familia y la convierte en la sede del gobierno español. En 1977, las famosas columnas del Palacio ubicadas en el salón de mismo nombre, fueron testigos de la firma del histórico Pacto de la Moncloa entre sindicatos, partidos políticos y patrones, todo dentro del contexto de la transición.
El Pacto de la Moncloa dio origen a la constitución de 1978, logro indiscutible del ya presidente Suárez, aquel joven político que tuvo el tino de unir a España para seguir el camino de su destino.
El desenvolvimiento de España, a partir de ese momento, lo conocemos todos. Un país pujante que creció enormidades, que forma parte del grupo de los 20 y es una potencia europea. En este momento pasa por una crisis económica profunda. Su historia y su experiencia habrán de sacarla del bache para volver a ser la Madre Patria que todos queremos y admiramos.
Hace unos días, Adolfo Suárez dejó de estar aquí en la tierra. España entero le llora.
Fue un Presidente de origen humilde pero de recia voluntad de transformación.
Así son los grandes hombres.