Sin tacto
Por Sergio González Levet
¿Una quinta H para Veracruz?
La Marina-Armada de México es un lujo que se ha dado Veracruz desde que fue fundada esta institución, que ha dado lustre y gloria al país, al estado y al Puerto.
Ayer precisamente la nación toda se volcó en la conmemoración de la gesta heroica de 1914, cuando un puñado de muchachos de la Escuela Naval de Antón Lizardo y una multitud enardecida de civiles porteños se opusieron como pudieron con sus escasos armamentos a la toma de la ciudad por los norteamericanos: una lucha desigual entre un ejército debidamente preparado y avituallado con las mejores armas de su época, y una población que salió a combatir resguardada solamente en su ardor patriótico y en su orgullo de ciudadanos mexicanos.
La toma de Veracruz llevó varias horas al moderno ejército yanqui y le costó bajas que nunca se imaginó que tendría, pues sus oficiales estaban seguros de que el pueblo veracruzano no opondría resistencia ante la formidable maquinaria de guerra que se había anclado frente a nuestras costas.
Ayer todos recordamos ese 21 de abril de hace un siglo cuando una vez más se dio la muestra del valor, la enjundia y hasta la necedad suicida de los jarochos para defender su patria y su tierra.
Y en la reflexión ayer muchos pudimos empezar a pensar durante el minuto de silencio que guardó la ciudad entera que un siglo después es evidente que ya no vive ninguno de aquellos héroes y testigos de los hechos de 1914.
Cierto.
Pero al mismo tiempo sobrevive en estas tierras y en los ciudadanos de este siglo el espíritu de sacrificio y la fuerza del corazón para enfrentar la injusticia y la violencia con un denuedo sin igual. Los héroes que dieron la cara por México perviven en la valentía de muchos veracruzanos.
Si al principio del siglo XX supimos enfrentar al enemigo extranjero, en el principio del siglo XXI no se dude que podríamos encontrar varias muestras de modernos émulos de Virgilio Uribe, José Azueta y Aurelio Montfort —por nombrar a algunos de nuestros queridos héroes del terruño—que en cualquier momento podrían salir a defender su vida y su patrimonio, y con ello a garantizar la tranquilidad y la seguridad de sus familias y sus vecinos.
No es necesario que surjan guardias civiles ni grupos de autodefensa ciudadana, Veracruz ha estado históricamente armado de valor y por eso sabrá dar la lucha necesaria.
Ya ha habido atisbos contra ladronzuelos, que han sido dominados por los ciudadanos antes de ser entregados a la autoridad para que sean juzgados con el rigor de las nuevas leyes. El Veracruz bronco puede surgir en cualquier momento y en cualquier lugar, y se enfrentará con toda la fuerza de su valor a cualquiera que atente contra la paz y la seguridad que todos merecemos tener.
Ayer desfilaron miles de jóvenes cadetes preparados para jugar su corazón al azar y ganarlo a la violencia.
Ahí está el embrión de las próximas soluciones…
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