Sin tacto
Por Sergio González Levet
¿Enemigo mío?
En 1985, el director Wolfgang Petersen filmó una película de ciencia ficción, Enemigo mío, que a pesar de que fue un un fracaso en taquilla y no obtuvo ningún premio, terminó por convertirse en un clásico del género.
Tal vez ese éxito se debió al tema que tocaba: el encuentro de dos seres de civilizaciones y mundos diferentes, que estaba muy en boga en esa época sobre todo por los estudios del gran semiótico Tzvetan Todorov sobre el concepto de la “otredad”. El maestro rumano se había dedicado a investigar a fondo las consecuencias sicológicas y sociológicas del encuentro de culturas desconocidas entre sí —como el que se dio entre españoles e indios tras el descubrimiento de América— y el cine retomó el tema en el ámbito de la ficción científica, que terminó por convertirse en un hito de la época, después de Encuentros cercanos del tercer tipo y ET, ambas dirigidas por Steven Spielberg.
Denis Quaid en el papel del humano y un Louis Gossett Jr. escondido tras un excelente maquillaje de ser reptiloide, protagonizaron ese encuentro en el que podemos ver cómo dos enemigos que parecen irreconciliables terminan uniéndose para sobrevivir en un mundo inhóspito y lleno de animales peligrosos.
Tendrán la paciente lectora y el impaciente lector que perdonarme el gusto por el cine, por el que ya llevo más de media columna sin llegar al asunto que en realidad trataba de desarrollar.
A lo que voy es que no se necesita ser un gran analista para percibir que persiste un clima de enfrentamiento entre reporteros y policías, que tiene encontrados a ambos, y ha ocasionado desaguisados de diferente calibre. Unos y otros se han llegado a ver como enemigos, cuando en realidad son actores importantes en una lucha que va más allá de los intereses de uno y otro gremio, y que busca generar la tranquilidad y la paz que anhela nuestra sociedad.
En estos desencuentros, cada cual tiene sus opiniones y cada bando piensa que le cabe la razón. Aquí habría que recordar la frase legendaria de Fernando López Arias:
“Contra Veracruz nunca tendremos razón”.
¿Reporteros y policías enemigos? Los que deben estar muy contentos ante esta perspectiva son los verdaderos criminales, ésos que organizados propician y mantienen el clima de violencia que padecemos todos.
Así como compañeros periodistas han perdido la vida, el patrimonio y la paz, muchos policías han sido mártires de esta lucha con la delincuencia, y deben ser reconocidos también y sus familias protegidas, como está haciendo la autoridad.
Últimamente se ha recrudecido la violencia, para nadie es un secreto, y es el momento en que todos como sociedad hagamos un frente común para obtener mejores resultados.
Criticarnos y vernos mal entre nosotros mismos, entre actores tan decisivos como los policías y los reporteros, no nos sirve de nada. Le sirve, y mucho, a los otros.
El enemigo no es ése.
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