23 de Noviembre de 2024
 

Manuel Zepeda Ramos - Eslabón encontrado

Piedra Imán

Manuel Zepeda Ramos

Eslabón encontrado

Aleutianas. Para los miembros de mi generación, sin que resulte egoísta, esta palabra adquiere connotaciones de infinita nostalgia que se remontan a la primaria y a la secundaria.

Las aleutianas son una serie de pequeñas islas que están en la península de Alaska creciendo hacia el continente asiático, que son el hábitat natural de una serie de animales marinos como la nutria, el lobo marino, la ballena jorobada; aves como el albatros y un fondo marino infinitamente rico en corales de todo tipo y conformación, que sirven de hogar a una gran cantidad de peces grandes y pequeños y que conforman un enorme parque de conservación de la vida silvestre en el círculo polar ártico.

Digo nostálgico porque todo eso lo aprendí de niño, en la primaria y en la secundaria.

 

Pero sobre todo, las islas aleutianas han estado presentes en el imaginario colectivo de la humanidad por varios siglos. Son las mismas que libran al estrecho de Bering y por el cual, se decía, habían pasado los seres que poblaron la América, llegados desde Asia.

Recuerdos de enorme cariño me llegan a la memoria al pensar en el maestro Alberto Chanona, el zorro plateado que era un viejo encantador y que tenía la cabeza blanca, así como en la maestra Guadalupe del Barco, ambos extraordinarios maestros de geografía en la secundaria del Icach, esa gran escuela de la capital de Chiapas cuyos conocimientos adquiridos con tanta solidez le permitió a nuestra generación salvar el tremendo obstáculo de la época que representaba el examen de admisión para la UNAM.

Ellos, Chanona y del Barco, nos introdujeron con gran sabiduría al terreno de la tesis de la llegada del hombre americano a través del estrecho de Bering, caminando precisamente sobre las islas aleutianas. Desde entonces, esas islas forman parte de mí y de mi fe inquebrantable por el animal racional que es capaz de transformar todos los días la naturaleza, aunque en asuntos de la conservación haya fallado en las últimas décadas por no regular el cambio climático que puede llevar a las futuras generaciones a extremos de supervivencia, pero eso es asunto de otros artículos que ya habré de abordar. Por lo pronto, creo en el hombre y sé que sabrá salir de este gran atolladero que significa el futuro de la humanidad.

Hoy, porque no hay plazo que no se cumpla, las islas aleutianas son, otra vez más, motivo de remembranza y señalamiento mundial.

Científicos de varios países, incluyendo a sabios mexicanos, conjunto de hombres que hoy ya son prospectos importantes para ganar el Premio Nobel, acaban de confirmar que los pobladores de América efectivamente pasaron por el Estrecho de Bering, en la búsqueda de nuevos lugares para cazar y sobrevivir.

Fue un profundo estudio de arqueología submarina, batimétrica, realizada esta vez en los cenotes de Quintana Roo y no en las grandes aguas de Las Antillas que también ha sido terreno de exploración antropológica submarina cuyos resultados también habrán de asombrar a la humanidad.

Con reminiscencias claras en la Nanotecnología, los televidentes del mundo pudimos observar el desplazamiento de buzos antropólogos de punta a través de las maravillosas aguas de los cenotes rodeados de estalactitas y estalagmitas milenarias, imaginándonos lo que algún día será realidad: el desplazamiento de diminutos y milimétricos submarinos viajando a través del torrente sanguíneo para reparar desperfectos angiológicos del ser humano.

Si eso ya fue emocionante, lo fue más cuando estos buzos experimentados encontraron restos humanos que comprueban la presencia del animal racional por nuestras latitudes y con ella, la llegada por el Asia de los pobladores americanos hace varios miles de años.

Pero no paró allí el descubrimiento. También se hallaron restos de animales prehistóricos en los cenotes, restos de un paquidermo antecedente del Mamut, restos de dientes de Sable, entre otros animales cuya presencia no se había registrado por estas cotas mexicanas.

Podemos decir que hoy apareció el eslabón perdido en subsuelos mexicanos que comprueba que los pobladores de América llegaron del Asia, a través del estrecho de Bering, caminando y navegando por las islas aleutianas.

Gran descubrimiento planetario en tierras mexicanas.

 

¡Enhorabuena!



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