Después de sufrir muchas derrotas ante los galos en la guerra que duró del año 58 al 51 a.C., Cayo Julio César se dio cuenta de que para poder vencer a los franceses antiguos, las legiones romanas necesitaban tener garantizados los pertrechos y los alimentos, porque la campaña se convirtió en larga y empeñosa.
Al asegurar los insumos con los que guerreaba y se mantenía su ejército, el gran general dio el gran paso adelante hacia la victoria.
Bueno, pues un reportero o un columnista necesitan también tener asegurados sus insumos para poder desempeñar de la mejor forma su profesión. Esos insumos no con otra cosa que los datos que contiene una información. Por eso, no es tan arriesgado decir que un comunicador es tan bueno como lo son sus fuentes.
Al igual que todos los periodistas en activo, tengo la fortuna de gozar de algunos canales de información que son mi más valioso bagaje. Sin ellos —como dice el Teacher López Dóriga— no seríamos nada.
Pero hay dos tipos de informantes: por una parte, los que ofrecen datos duros, noticias precisas, informaciones exclusivas, y por la otra, los que nos apoyan con su capacidad de observación, de análisis, de síntesis. Unos están en la fuente generadora de la noticia; los otros, en el fondo de los hechos. Unos revelan; los otros aclaran.
Uno de esos últimos me hace el honor de compartirme sus ideas, su capacidad para dilucidar los hechos oscuros de la función pública, su profundo conocimiento de la praxis política. Me honra, y de cierto modo me hace la chamba porque en un momento investiga por mí, piensa por mí y concluye conmigo.
En la más reciente conversación que tuve el privilegio de sostener con él, el tema central fue la actual administración estatal, que conoce a fondo. De esa discusión, me quedó un decálogo que sintetiza su forma de apreciar lo que ha hecho el gobernador Javier Duarte de Ochoa:
Antes, me aclara que nunca estuvo de acuerdo con quienes afirmaban que los actuales “chamacos” que están al frente del gobierno eran “muy inexpertos”. “Hay entre ellos gente preparada, forjada en el crisol más exigente de la política mexicana; son más capaces y más conocedores que muchos que se dicen expertos”.
Aquí su Decálogo de consideraciones:
1. Desplazaron a toda una generación completa. 2. No les dejaron nada a los antiguos poseedores del poder. 3. Cortaron el cordón umbilical sin romper con ellos. 4. Los antiguos pasaron ahora a ser dependientes. 5 Ganaron todo en las elecciones. 6. Tienen la mayoría calificada en el Congreso estatal. 7. Ganaron la mayoría de los municipios importantes del estado. 8. Contra análisis superficiales que promueven liderazgos de papel, ellos traen controlado el proceso de la sucesión. 9. Se ríen de quienes se van con la finta de los opositores y sus amenazas ridículas. 10. Y tienen como líder al único amigo del Presidente en Veracruz.
Quienes apostaban a que iban a fracasar, se la pe-la-ron, como dice el clásico.
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