Sin tacto
Por Sergio González Levet
Ser bombero
De niños en mi época todos queríamos ser bomberos, como generaciones después todos querían ser astronautas y ahora todos quieren ser Memo Ochoa.
Ser bombero quería decir ser héroe, y poder darse el gran lujo de jugar con fuego sin que nos regañaran los papás o nos dijeran que íbamos a mojar la cama en la noche.
La decaída consideración de los bomberos tuvo un repunte fuerte después de la heroica muerte de muchos de ellos en los atentados de las torres de Nueva York, y así volvieron a colocarse por un tiempo en el top ten de las ilusiones infantiles, sobre todo en Estados Unidos, y también en buena parte del mundo.
En México, ser bombero no es necesariamente motivo de orgullo. Más bien es motivo de ser mal pagado, maltratado laboralmente y hasta ninguneado. Por alguna razón cuyo origen desconozco, muchos bomberos no son contratados por las dependencias públicas ni forman parte del aparato de gobierno. Viven de alguna manera de la caridad pública porque trabajan para patronatos que por lo general no ofrecen las mejores condiciones laborales y de manera legaloide eluden ofrecerles las condiciones a que obliga la ley.
Leo en alcalorpolitico.com la información exclusiva para ese portal de Lidia López desde Poza Rica que dice que en Veracruz 177 ayuntamientos no cumplen la “Ley Estatal 856 para la conformación de Cuerpos de Bomberos”.
Marcelo Rodríguez Cerón, que es el jefe del Cuerpo de Bomberos de Martínez de la Torre, se queja con Lidia de que de los 35 cuerpos de apagafuegos que hay en el estado unos diez prácticamente sobreviven como pueden y se la pasan organizando eventos para poder obtener recursos y comprar equipo.
Y los pocos que hay y que tienen algún recurso se ven obligados a dar servicio a los lugares circunvecinos, como el de Martínez, que cubre desde Altotonga hasta Tecolutla.
En el norte y en el sur del estado los pobladores cuentan con los servicios de los bomberos de Pemex, y en el centro están más o menos bien establecidos los cuerpos de Xalapa y el Puerto de Veracruz,
Pero no alcanzan para apagar la demanda.
Y eso que Veracruz es el estado que cuenta con el mayor número de estaciones de bomberos de la República.
Pero nunca son suficientes los esmirriados cuerpos de bomberos veracruzanos, y encima ahora tienen que enfrentar crecientes riesgos porque —le dice nuestro bombero de Martínez a Lidia López— “cada día siguen saliendo más sustancias peligrosas y día a día debemos tener mayor capacitación para evitar problemas de toxicología”.
Nuestros queridos bomberos, nuestros héroes de antaño, ahora lo son en doble sentido, porque arriesgan la vida para rescatar de la llama a vidas y haciendas, y encima deben empeñar la vida y lo que se pueda para lograr que sus familias sobrevivan de una manera decorosa con el magro sueldo que perciben.
NOTA: Sin tacto no aparecerá el jueves 26 y el viernes 27. Nos vemos el lunes 30, ya con México calificado.
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