Piedra Imán
Manuel Zepeda Ramos
Pariente incómoda
Kenaf. Así se le conoce a un arbusto originario de África y Asia, de crecimiento rápido, con una base leñosa. Es anual o bianual, lo que quiere decir que se cultiva, como el maíz y el sorgo y, por supuesto, se cosecha. Por su rápido crecimiento y por su alto contenido de fibra, se está desarrollando como una alternativa a la búsqueda de celulosa no arbórea, como fuente de pronta producción que pueda cuidar en consecuencia el deterioro de los grandes bosques del norte del Planeta que requieren de muchas hectáreas para satisfacer la demanda de celulosa para la industria papelera del primer mundo, en donde el hoyo en la capa de ozono se ha vuelto ya asunto de enorme preocupación. Esta alternativa se suma a los intentos de los científicos de América por encontrar otras al respecto, como la penca del plátano que aglutina a la fruta en racimo, la caña de azúcar, la caña de maíz y el sorgo como algunas —hay más—, de las alternativas posibles de fuentes cultivables en donde pueda extraerse celulosa para la fabricación de papel.
El Kenaf no le es ajeno a Veracruz.
En Tierra Blanca hay un rancho colindante con el vivero de la Secretaría de la Defensa Nacional que lleva el nombre de este arbusto transnacional.
Y es así porque durante la segunda gran conflagración mundial, esa enorme guerra que derrotó a los nazis con el auxilio de las naciones aliadas, fue aquí en Veracruz en donde se hicieron los millares de largos lazos que sirvieron para amarrar a los buques de guerra de los Estados Unidos que transportaron a los soldados hacia el Viejo Mundo y hacia la Cuenca del Pacífico, esos barcos que fueron fundamentales con sus legendarias batallas en alta mar para el triunfo definitivo sobre Alemania, Italia y Japón.
Pues esos lazos fueron construidos con las fibras del Kenaf, demostrando con su espléndido funcionamiento la gran resistencia de sus fibras.
El nombre científico de este arbusto es Hibiscus Cannabinus.
Es un pariente muy cercano a la Cannabis Indica que es, ni más ni menos, la que popularmente se conoce en el mundo entero como mariguana.
El Kenaf, pues, tiene una pariente incómoda que se ha adueñado de la noticia global durante muchas décadas.
Y México no es la excepción de los países del mundo que la consumen, sobre todo por ser nuestro país la gran puerta de entrada terrestre en casi tres mil kilómetros de la nación más poderosa de la tierra y gran consumidora de esta popular droga que se ha arraigado intensamente en los Estados Unidos.
En los últimos meses esta nación con la que compartimos frontera ha desarrollado una gran campaña para la legalización de la mariguana.
Primero con fines medicinales y después ampliamente aceptada como legal para el consumo “recreativo”, la mariguana ha sentado sus reales en la nación en donde se juega el mejor beisbol del mundo.
Uruguay también ha hecho lo mismo. Desde ya, los ciudadanos de aquella ciudad sudamericana, incluido el mordelón futbolista ya reclutado por el Barcelona por una buena millonada de Euros, pueden andar por la calle echándose sus churros sin rubor alguno.
En los últimos días, el Estado Americano ha hecho que la ley que sancionaba el uso de la mariguana tenga efecto retroactivo. Significa que habrán de salir de las cárceles gringas, en cualquier momento, más de 600 mil presos acusados de consumo de mariguana.
El ejemplo cunde.
Aquí en México la opinión pública presiona para que el gobierno de la capital haga lo mismo que Estados Unidos y Uruguay, para después repetirlo en otras entidades federativas.
En México no es tan fácil.
Al día de hoy, se pelea en nuestro país el dominio del gran mercado de la mariguana para los Estados Unidos. Así como México es el paso de la cocaína hacia la nariz de nuestros vecinos, nuestro país es productor de cannabis de manera organizada. Producir mariguana en México es distinto a la producción casera y medicinal de los gringos, debidamente aprobada por su gobierno.
Aquí es asunto de vida o muerte, todavía.
Al día de hoy el mercado de la mariguana en Estados Unidos está vigente. Hay demanda.
¿Qué debe de aprobar México ante la presión de la opinión pública?
La libertad de producción o la libertad del consumo. O ambas cosas.
La pariente incómoda del Kenaf ha puesto en qué pensar a las estructuras legales del país.
Mariguana al fin.