Por María Fernanda Flores
Licenciatura en Relaciones Internacionales del Tecnológico de Monterrey
Recientemente, a finales de los 80's y principios de los 90's, entro el paradigma feminista a las Relaciones Internacionales. Dichos paradigmas buscan analizar las relaciones de subordinación y poder dentro del sistema internacional. A partir de esto, varias teóricas comienzan a desafiar a la disciplina en cuanto a la reformulación de muchas de sus teorías a partir de la comprensión de las experiencias de las mujeres dentro de la política global. Existen múltiples y diversas ramas del feminismo, dentro de estas ramas encontramos el liberal, uno de los feminismos más populares y concurridos dentro de las teorías. El feminismo liberal resalta la posición de subordinación de la mujer en todos los ámbitos, ya sean políticos, sociales o económicos. Analizan el rol de la mujer dentro de las instituciones y en las prácticas globales, observando cómo su presencia, o la falta de esta, afecta la creación de políticas internacionales. Examinan varios aspectos de la subordinación de la mujer, como las desigualdades de ingresos, la falta de mujeres en posiciones de influencia y más. A partir de este análisis, el feminismo liberal busca cambiar las estructuras y las instituciones, abriendo más espacios para las mujeres a través de políticas y prácticas nuevas. Aceptan las instituciones liberales y proponen una mayor inclusión de la mujer en posiciones de influencia, creen que esta es la mejor manera de abordar la desigualdad de género. Las feministas liberales creen que la igualdad de las mujeres puede lograrse a través de la eliminación de los obstáculos legales y varios otros obstáculos que les han negado tener los mismos derechos y oportunidades que los hombres. Solo con el movimiento de estos obstáculos se otorgarán las mismas condiciones que a los hombres. El feminismo liberal apela a empoderar a la mujer a través de garantizar las posibilidades plenas de vivir una ciudadanía en condiciones de igualdad respecto a los hombres.
A pesar del profundo análisis cualitativo y cuantitativo que el feminismo liberal aborda, cuenta con varios sesgos y brechas que son importantes de abordar. Este tipo de feminismo hace un hincapié sobre la posición subordinada de la mujer en la política, sin embargo la subordinación es cuestionada e investigada desde un marco teórico positivista. De igual manera, el feminismo liberal desafía el contenido de las teorías, pero no los supuestos epistemológicos de las relaciones internacionales convencionales. Apuntando las brechas no abordadas, nos damos cuenta que el feminismo liberal así como sus ideas, son observadas y construidas desde un enfoque occidental, excluyendo a todas las comunidades no occidentales que conforman al mundo. En este ensayo, se abordará el caso específico de la exclusión hacia las mujeres indígenas de la comunidad Quechua, encontrada en Bolivia.
El feminismo liberal, siendo un feminismo abordado desde una perspectiva occidental, excluye a mujeres de comunidades marginadas, imponiéndoles procesos y luchas inservibles, ofreciéndoles un proceso de liberación ineficaz para ellas dentro de sus comunidades. Vemos como la subordinación de la mujer hacia el hombre, contra la que tanto lucha el feminismo, está siendo replicada por el mismo feminismo liberal hacia estas mujeres indígenas de la comunidad Quechua. Desde esta perspectiva, entra el feminismo normativo, impulsado por la teórica Cynthia Enloe, afirmando que las relaciones jerárquicas de subordinación, son de igual manera replicadas entre países, actores o ideales. Observamos una vez más, como un actor central, oprime a un actor periférico, en este caso el feminismo liberal occidental a las mujeres indígenas de las comunidad Quechua, que forma parte de un país periférico. Analizando esto, descubrimos una crítica al feminismo liberal, como una nueva forma de colonización, como el feminismo liberal puede ser una trampa para las mujeres indígenas bolivianas.
Es de suma importancia abordar este tema, porque es necesario exponer y desnaturalizar los comportamientos de subordinación que existen dentro del sistema internacional, haciendo referencia a prácticas machistas. Debemos ser críticos de toda teoría, incluso de aquellas que dicen cubrir las necesidades de todos los actores marginados porque incluso dichas teorías pueden estar sesgadas por los paradigmas de los autores. De igual manera, es importante comprender los roles de poder dentro de las relaciones internacionales, comparando la visión que se tiene de los países periféricos contra los centrales. Es crucial señalar este tipo de opresiones dentro del sistema internacional, para poder visibilizar el problema y posteriormente crear una solución no sesgada e incluyente para todos los actores internacionales, especialmente los marginados. Observamos como Latino América es parte de estos países periféricos, donde la mayoría de las teorías occidentales son excluyentes para estos. Es altamente necesario encontrar y aplicar teorías incluyentes e interseccionales, para que todas las comunidades marginadas y no occidentales estén incluidas.