AGENCIA
Todo lo que Floyd Mayweather, cuyo verdadero nombre es Floyd Joy Sinclair, nacido el 24 de febrero de 1977, en Grand Rapids, Michigan, se ha propuesto en el boxeo, lo ha logrado.
Este singular deportista fundamenta su éxito en una esgrima fuera de serie que le permite dominar la defensiva a ultranza y el arte del contragolpe. No está nada equivocado quien desee llamarle Maestro del Boxeo.
Todo lo anterior ha sabido combinarlo con una personalidad arrolladora para capturar la admiración universal, y también el odio de legiones de aficionados, todo lo cual capitalizado para acumular millonadas de dólares, de ahí sus dos apodos: ‘Money’ o ‘Rey Midas’.
Supuestamente nuestro personaje se encuentra retirado con una marca impresionante de 50-0, 27 nocauts, pero a sus 43 años de edad todavía puede que decida regresar una vez más para levantar otro costal de billetes verdes… y en un show que no le represente tanto riesgo ni desgaste físico, como ya lo hizo contra Conor McGregor, el estrella de las MMA que debutaba como boxeador, y al que obligó a combatir bajo sus propia reglas. Floyd jugó con Conor hasta decidirse a noquearlo en el décimo round; sin embargo, para su adversario fue el mejor negocio de su vida, al embolsarse 100 millones de ‘washingtons’.
Floyd es el único vencedor de Saúl ‘Canelo’ Álvarez e igualmente exhibe triunfos sobre Juan Manuel Márquez, Manny Pacquiao, Marcos Maidana, Miguel Cotto, Óscar de la Hoya, Shane Mosley, Zab Judah, Arturo Gatti, José Luis Castillo, Jesús ‘Matador’ Chávez, Diego Corrales y Genaro “Chicanito” Hernández, por citar a sus oponentes más reconocidos, en un recorrido que le llevó a obtener cinco cinturones del WBC en distintas divisiones: superpluma, ligero, superligero, welter y superwelter.
Igualmente, posee el Cinto Esmeralda del organismo que dirige Mauricio Sulaimán y que capturó el 2 de mayo de 2015 en el MGM Grand de Las Vegas, contra Pacquiao. Dicha joya, catalogada como el más caro fajín en la historia del boxeo, contiene 3,017 esmeraldas, con chapa de oro y plata, todo sobre piel Ferrari.
Nada mal para el único púgil que ha acumulado ganancias por más de mil millones de dólares, como lo autoproclama este hombre que creció bajo las enseñanzas de su padre, un boxeador del mismo nombre que tuvo una trayectoria sin mayores blasones, y de su entrañable tío Roger, conquistador de los cetros mundiales de peso superpluma de la WBA y superligero del WBC, que más tarde se convertiría en su entrenador. Su tío Jeff también fue peleador.
Ganador de la medalla de bronce en los Juegos Olímpicos de Atlanta 96, Floyd se hizo profesional el 10 de octubre de ese mismo año al noquear en dos giros al mexicano Roberto Apodaca, en el Texas Station Casino, Las Vegas, donde radica hasta ahora.
CINCO TÍTULOS WBC
Tenía 17-0 cuando, el 3 de octubre de 1998, obtuvo su primer cetro, el de peso superpluma, con un KOT en ocho rounds sobre Genaro ‘Chicanito’ Hernández.
El trono de los ligeros lo alcanzó el 20 de abril de 2002 en el MGM de Las Vegas con una muy discutida victoria por puntos sobre el mexicano José Luis Castillo, quien para las mayorías debió ser el ganador. Volvieron a enfrentarse el 7 de diciembre del mismo calendario en el Mandalay Bay de Las Vegas, y Mayweather se impuso otra vez por fallo unánime, pero ya nadie protestó el veredicto.
La diadema de peso superligero le llegó por conducto del nocaut técnico que le aplicó a su indómito compatriota Arturo Gatti, el 25 de junio de 2005 en el Hall ubicado en el famoso camino de madera (Boardwalk) de Atlantic City.
El 8 de abril de 2006 el público congregado en el Thomas & Mack Center lo vio dominar en 12 giros a su compatriota Zab Judah, para adjudicarse la correa de los welters de la IBF y el 4 de noviembre del mismo año utilizó otro veredicto unánime sobre el argentino Carlos Baldomir para añadir a su cintura la porción del WBC de la categoría de las 147 libras, en el Mandalay Bay de Las Vegas.
De su entrevista con Baldomir “brincó” a un millonario encuentro con Óscar de la Hoya, que era el monarca superwelter del WBC. En esta oportunidad necesitó de un muy apretado fallo dividido -según el experto Eduardo Lamazón, De la Hoya merecía el triunfo- para quedarse con la que sería su quinta correa verde y oro.
Ese éxito sobre De la Hoya fue el parteaguas hacia futuras ganancias extraordinarias contra enemigos ya mencionados, como Márquez, Mosley, Cotto, el ‘Canelo’, Maidana y Pacquiao.