JUAN DAVID CASTILLA
XALAPA, VER.- Frente a las costas del estado de Veracruz existe un corredor arrecifal de por lo menos 600 kilómetros de largo que no está siendo protegido por los gobiernos.
De acuerdo con Xavier Martínez Esponda, director técnico operativo del Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda), es necesario que las autoridades lleven a cabo acciones para la conservación de dicho ecosistema.
Ha sido posible la identificación de ocho estructuras arrecifales de tipo sumergido. Seis de ellas, ubicadas en la porción norte del corredor, son de origen coralino.
Éstas se encuentran en las inmediaciones del Área de Protección de Flora y Fauna Sistema Arrecifal Lobos Tuxpan; salvo el caso de una de ellas, el resto se encuentran fuera de las poligonales de protección.
Las dos restantes se ubicaron en la región central, al sur de la poligonal del Parque Nacional Sistema Arrecifal Veracruzano (PNSAV) y están conformadas por arrecifes no coralinos y de origen, hasta el momento, desconocido.
La zona norte del corredor arrecifal abarca desde Cabo Rojo hasta la desembocadura del río Tecolutla.
En esta zona se encuentra el Sistema Arrecifal Lobos Tuxpan, que oficialmente está conformado por seis arrecifes emergidos y uno sumergido.
Esta zona fue declarada desde 2009 por el Gobierno Federal Mexicano como un Área Natural Protegida con la categoría de Área de Protección de Flora y Fauna.
Los ambientalistas consideran que el proyecto para la ampliación del puerto de Veracruz podría ocasionar daños a dicha zona marina.
PRECEDENTE INTERNACIONAL
El próximo miércoles 12 de enero, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) deberá resolver la demanda de amparo contra dicho proyecto que afecta al Sistema Arrecifal Veracruzano.
La decisión de la SCJN será un importante precedente en materia de acceso a la justicia en lo que respecta a la defensa del medio ambiente como derecho humano.
Organizaciones nacionales e internacionales hicieron un llamado a la Primera Sala para proteger a este ecosistema que está amenazado por los impactos ambientales negativos e irreversibles de las obras mencionadas.
Desde el año 2016 se pidió la suspensión de los trabajos para evitar un escenario catastrófico como el actual.
Cabe recordar que el amparo fue promovido en diciembre de 2016 por la asociación civil Cemda y pobladores de la conurbación Veracruz, Boca del Río y Medellín de Bravo.
Sin embargo, el recurso fue desechado por el Juzgado Quinto de Distrito, con sede en la ciudad de Veracruz, al considerar que no había interés legítimo por parte de los demandantes.
En noviembre de 2019, el mismo Juzgado decidió no conocer el fondo en razón de que los quejosos no habían demostrado legitimidad para iniciar el proceso.
“Esta decisión fue apelada y el asunto fue turnado en 2020 al Segundo Tribunal Colegiado en materia administrativa y en marzo de ese año nosotros hicimos esta solicitud a la Suprema Corte y al Tribunal Colegiado para que fuera la SCJN quien resolviera el caso”, comenta Martínez Esponda.
Esta petición tuvo eco y, en febrero de 2021, la Primera Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación decidió atraer el asunto.
MANIFIESTO DE IMPACTO EXCLUYE ARRECIFES
Entre los argumentos presentados en la demanda se encuentra el hecho de que el proyecto ha sido presentado de forma fragmentada y no se consideraron todos los arrecifes presentes en la Manifestación de Impacto Ambiental, incluyendo los arrecifes sumergidos descubiertos recientemente en la zona, los cuales tienen un altísimo valor ambiental.
El director técnico operativo del Centro Mexicano de Derecho Ambiental considera que las autoridades están dispuestas a sacrificar los ecosistemas y la biodiversidad en proyectos que ellas llaman de “desarrollo”.
La ampliación del puerto de Veracruz significó la modificación de la poligonal del parque nacional Sistema Arrecifal Veracruzano y la extracción de piedra basáltica de varios puntos del estado, como en la Reserva de la Biosfera de Los Tuxtlas.
Los servicios ambientales que brinda dicho ecosistema son múltiples, como la protección ante tormentas y huracanes, provisión de alimentos, así como recreación y esparcimiento.
La ampliación del puerto afectaría a todas las personas que viven en la conurbación Veracruz, Boca del Río y Medellín de Bravo, señalaron los ambientalistas.
En la defensa del ecosistema marino también participan la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), Environmental Law Alliance Worldwide (ELAW) y Earthjustice.
Las organizaciones internacionales de la sociedad civil hicieron llegar un amicus curiae (escritos legales) a los ministros de la Corte, ofreciendo datos relevantes que considerar en la sentencia.
Environmental Law Alliance Worldwide (ELAW) presentó un amicus curiae donde se analizan varias decisiones emitidas por cortes de distintas jurisdicciones, que reconocen el derecho de cualquier persona, organización de la sociedad civil o al menos residentes de un lugar para presentar una demanda cuestionando proyectos y decisiones que pueden afectar negativamente el medio ambiente.
Esto servirá como referencia para que la Primera Sala realice una interpretación amplia sobre el interés legítimo en el juicio de amparo, en consideración también de las obligaciones que ha adquirido México al ratificar el Acuerdo de Escazú, tratado internacional firmado por 24 países de América Latina y el Caribe respecto a protocolos para la protección del medio ambiente.
El amicus presentado por la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente y Earthjustice aporta elementos técnicos y jurídicos, solicitando el reconocimiento de los derechos humanos de acceso a la justicia y al medio ambiente sano consagrados en el derecho internacional.
Estos derechos obligan al gobierno mexicano a permitir a toda persona, cuyos derechos fundamentales sean amenazados por el daño ambiental, acceder a recursos judiciales, incluso, si su conexión con el ecosistema amenazado es indirecta o remota.
EL ARRECIFE MÁS GRANDE
De acuerdo con la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente, el arrecife veracruzano es el más grande del Golfo de México.
La organización civil sostiene que, en el Golfo de México, 27 arrecifes de coral forman una cadena montañosa submarina que se extiende por kilómetros entre seis islas.
Cientos de especies de peces de colores, pastos marinos, erizos y estrellas de mar comparten los arrecifes con otras formas de vida. La pesca, el buceo deportivo y el turismo de playa prosperan a lo largo de la costa.
En 1992, el Gobierno de México declaró Área Natural Protegida al Sistema Arrecifal Veracruzano.
En 2004, lo enlistó como Humedal de Importancia Internacional bajo la Convención Ramsar, un tratado para la protección de humedales, incluidos los arrecifes.
“Pese a la relevancia reconocida del arrecife, en 2013, el gobierno redujo el tamaño del Área Natural Protegida y aprobó un proyecto de ampliación portuaria. Esa construcción dañará no solo el arrecife veracruzano, sino también la Reserva de la Biósfera Los Tuxtlas, una joya de la Costa Esmeralda de México, en la cual los desarrolladores explotarían roca para construir el puerto”, se lee en un estudio de AIDA.