Pese a que son respetables las muestras de fe, cultura, usos y costumbres del pueblo mexicano
Facundo Bartolo Salazar
Pese a que son respetables las muestras de fe, cultura, usos y costumbres del pueblo mexicano, tales como el Día de Muertos, es necesario mencionar que se debe celebrar la vida, mas no la muerte, sobre todo sabiendo que Dios es un Dios de Vivos, tal como lo dijo Jesucristo: “El que crea en mi palabra y crea en mi enviado no tendrá condenación, sino que pasará de la muerte a la vida”, expuso David Estudillo Aburto, director ejecutivo del Consejo Evangélico Nacional(CEN) en esta región.
Manifestó que una costumbre, una cultura se convierte a veces en un gran negocio, aun cuando la situación económica de este tiempo, la gente tiene que pedir prestado para llevar a cabo una celebración que finalmente no tiene beneficio espiritual alguno. Reiteró que como cristiano evangélico es amigo de todos, respetando su fe, sin condenarlos, pero si ofreciéndoles una forma y una vida, tal como lo dijo Jesucristo: “Yo soy la luz del mundo y el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida”.
Insistió en que se debe celebrar la vida, sobre todo al tomar en cuenta que muchas celebraciones terminan en muerte, a consecuencia de los excesos como el alcohol, mismos que conllevan luto, tragedia y dolor, los cuales no tendrían razón de ser. Recomendó entonces seguir los pasos del Dios de los Vivos y de aquel que dijo: “Yo soy el camino, la verdad y la vida y nadie va al Padre, si no es a través de mí”.
Estudillo Aburto resaltó que de todo lo anterior explica perfectamente la Biblia, el libro de los libros, la cual debe ser analizada por la gente, independientemente de que sea la católica, o bien, las versiones reformadas, con el lenguaje actualizado, que finalmente brindan la orientación correcta para tener un país con luz y que no viva en la oscuridad espiritual, sino en la luz de Dios, lo cual conducirá a cosas mejores. Comentó que el seguir implantando una cultura y decir a la gente que debe conservar sus tradiciones conlleva a ver a niños con sus caras marcadas con la muerte, lo cual no significa sembrar una esperanza de vida, sino de muerte.