Lo desaparecen de sistema, no podrá seguir recibiendo sus medicamentos
Miguel Bautista
Con un extravío de su expediente, negación de medicamentos y nula respuesta a su tratamiento José Antonio Mendoza López da por sentado que el IMSS y en especial el sistema de salud lo han condenado a muerte, este chico de apenas 26 años tiene una enfermedad hereditaria, pero es engañado constantemente con la atención que por ley le corresponde al ser beneficiario de un derechohabiente de esta institución, sin embargo, en los últimos días ha iniciado un viacrucis, pues no ha recibido atención médica por una falla humana que podría costarle la vida.
Relató que obtuvo el seguro social por parte de su padre, quien fue trabajador de una empresa y actualmente pensionado por esta institución de salud, radicado en el Distrito Federal pero por circunstancias de la vida fue traído a Martínez de la Torre, cuenta que antes viajaba cada mes al puerto de Veracruz para recibir su medicamento, pero ahora con la difícil situación económica que enfrenta los directivos de la clínica del IMSS 28 accedieron a dárselo, sin embargo de unas semanas a la fecha se lo han negado con largas y evasivas.
Otra parte preocupante es su baja definitiva del sistema de salud, pues según consta en los documentos a los cuales tuvimos acceso se tramitó un seguro permanente con vigencia de 2 años, mismo que terminaba según reza el documento en julio del 2016, sin embargo, el extravío de su expediente ahora no le permite ni siquiera recibir una atención adecuada pues requiere de internarse y tomar dicho medicamento (anticoagulantes) para que pueda seguir viviendo.
Prosigue la historia diciendo que recibió tales medicinas correctamente aproximadamente un año, sin embargo, poco tiempo después tuvo que escuchar respuestas como “no se tenía el medicamento”, “el medicamento es muy caro”, “no te lo podemos dar hasta que llegue a farmacia”, situación que lo apremia pues cada ampolleta que necesita y dependiendo del laboratorio que lo proporcione tiene un valor de por lo menos 3 mil pesos, o sea, cerca de 90 mil pesos al mes cuesta su tratamiento.
Explicó en breves palabras que la hemofilia es la enfermedad donde se carece o tiene déficit de coagulantes, provocando con ello el sangrado interno, desde articulaciones, órganos y tejidos vivos, (en ese momento se encontraba sangrando de sus encías e internamente de uno de sus hombros) advirtiendo del peligro de la interrupción de su medicamento, ejemplificando que este mismo tipo de situaciones es lo que lo llevó a estar en una silla de ruedas, al tener abundante sangrado de sus rodillas, hasta que las contracturas se vuelven permanentes.
“Como una enfermedad degenerativa, toda la sangre que emana de su interior ya no es absorbida, o expulsada, por lo que atrofia músculos, tendones, articulaciones, hasta que se pierde completamente el órgano o tejido que sangre”.
Opinó que estas reformas en su concepto son: “reformas de genocidio”, pues redujo los servicios de salud, pero también todo el apoyo a personas que necesitan de un tratamiento permanente va a desaparecer, por lo que en breve tiempo podría exterminar a gran número de la población que se encuentra enferma y con enfermedades crónico degenerativas.
Expone que el primer paso para desaparecerlo de sistema es cuando acude a una consulta y le dicen que no aparece en el sistema, esto solo en una primera vez, reactivando la vigencia anual, sin otorgar ningún documento, por lo que nuevamente en el próximo mes se hizo una nueva revisión del sistema sin aparecer, otorgándole entonces una nueva vigencia por dos años por incapacidad permanente, pero tres días después de este trámite nuevamente fue dado de baja aun cuando ya se había expedido, entregado y firmado tal documento.
Menciona que al activarse el nuevo sistema de vigencias, el paciente ya no entra en este nuevo método por lo que el IMSS le solicita una autorización permanente de la clínica en el DF, lugar a donde está dado de alta su progenitor, esto para reintegrarlo, sin embargo, cree que todo se trata de una simulación para darlo de baja de manera definitiva.
Ahora que acude mi papá al DF le piden una constancia de invalidez que debería ser entregada en teoría por medicina del trabajo, aunque por estar dado oficialmente de baja ya no se la pueden obsequiar, poniendo en riesgo su vida, desapareciendo sus documentos y expedientes donde solo se encontraba una hoja de urgencia, sin aparecer supuestamente trámites, hojas de expediente y demás documentos que avalan su control médico “como por arte de magia”.
Finaliza diciendo que a pesar de su sufrimiento aún tiene ganas de seguir viviendo, por lo que pide únicamente que todos sus semejantes en igualdad de circunstancias tengan derecho a la vida y a ser curados, mas no desaparecidos por un sistema de salud que se antoja como verdugo, finalizó.