Comuneros advierten de peligros en el puente Martínez II en las noches
Miguel Bautista
Como auténtica boca de lobos refieren habitantes de las comunidades de Martínez de la Torre el puente Martínez II, y es que en la reunión sostenida por habitantes de Cañizo resaltaron que en las tardes y noches son arrojados objetos metálicos especialmente diseñados para ponchar vehículos con la intención de robarlos, por lo que ponen en alerta a la población para que circule con precaución en esta vía de comunicación, sobre todo en las tardes o noches que es cuando más se especifican este tipo de acto delictivos.
Gilberto León Báez, titular de la Junta de Mejoras en la citada congregación, dijo que la intención es promover un acuerdo comunal para la prevención del delito, sin embargo, también evidenció una carpeta llena de reclamos por la falta de seguridad en las vías del municipio, asaltos cotidianos a los productores del campo, pasividad de las autoridades del orden y el crecimiento de actos delincuenciales en poblaciones rurales.
Durante el encuentro con los pobladores y junto a la agente municipal de esta ciudad refirió que serán puestas en marcha algunas propuestas que se acordaron durante la reunión, como el cierre de calles, implementación de grupos móviles para formar grupos de vigilancia, entre otras más que serán ratificadas este próximo sábado, donde también se hará extensiva la invitación a las empresas del sector citrícola que rodea a dicha comunidad, así como las empresas dedicadas a la construcción para ser parte de estas y otras decisiones.
Ambas autoridades ejidales pidieron el apoyo de los hombres del campo para impulsar una campaña de prevención del delito, y confirmó que el gobierno del alcalde martinense en coordinación con las fuerzas del orden realizan operativos en la zonas con mayor índices de inseguridad, según lo indica el "mapa criminológico" de incidencia de delitos.
Aunque de manera acertada se advirtió la presencia del nuevo titular de la comandancia municipal, frente al micrófono los campesinos expresaron su temor a que los asaltos en casa habitación y carreteras sigan sin tener respuesta, exponiendo que los asaltos están minando la actividad productiva, además de poner en peligro la estabilidad social del municipio, por lo que la única opción viable es la organización vecinal para defenderse de la inseguridad que azota la región.