* Ninin, “Día de Muertos” en Totonaco
* Festividad 100 por ciento arraigada entre la población
Brenda Pérez Aguilar
Familias papantecas se preparan con un mes de antelación para la celebración de su fiesta anual de “Ninin”, la cual festejan con gran esplendor moliendo ellos mismos el chocolate que colocarán en los altares para recibir a sus difuntos.
“Nosotros nos preparamos para recibir a Ninin, que es Día de Muertos en Totonaco, no es Todos Santos, porque la fiesta católica es Todos Santos, pero la fiesta autóctona es de Ninin, porque los totonacos y los pueblos mesoamericanos creían que los muertos tenían permiso para regresar a ver a sus deudos y había una temporada que coincide con esta fiesta de Todos Santos”, dijo el segundo cronista de Papantla, Zenón Ramírez García.
Explicó que esta es una festividad muy bonita que reúne a las familias en la casa de los abuelos para la molienda del chocolate que colocarán en sus altares, porque en Papantla se van transmitiendo estos valores de generación en generación, de respeto a los difuntos y de amor, porque en los altares colocan las imágenes de sus familiares, con la creencia de que llegarán para probar los alimentos.
“Hay tantas anécdotas, cuentos y leyendas acerca de esta festividad que obviamente en estos días se ilustran, se recrean para que nuestros niños y jóvenes sigan manteniendo esta tradición. En Papantla esta tradición está más viva que nunca, en cada casa hay un altar y al que visite Papantla puede estar seguro que le van a invitar un tamal y un vaso con chocolate”, remarcó.
El cronista municipal detalló que el 31 de octubre se recibe a los niños a las 12 del día con los tamales de dulce, el dulce de calabaza, las calaveritas y el primero a la gente grande con los tamales de chile, mole, de guajolote, pero además los cohetes, son algo muy característico de aquel lugar.
“Los cohetes están llamando a los difuntos para que bajen, para que estén en la casa, en donde ya se les tiene lista su ofrenda”, recordó.
Agregó que el 2 de noviembre, las familias abarrotan el panteón desde temprana hora, donde la gente se lleva sus guitarras, instrumentos y le cantan a los restos de sus familiares, es una festividad de todo el día, pero en la noche es algo maravilloso, porque todo se ilumina, hay música, alegría y la gente satura el camposanto.