- Les pagan lo que quieren
Brenda Pérez Aguilar
Aunque las bajas temperaturas registradas en estas últimas semanas no han afectado de gran forma a los citricultores de este municipio, Jaime Bigurra Prom, productor de este municipio, indicó que el perjuicio más grande que tienen son los empacadores, debido a que lastiman su economía.
“Si hemos tenido perjuicios fuertes, pero más que por las bajas temperaturas, tenemos una plaga que son los empacadores que lastiman la economía de quienes nos dedicamos a la producción del cítrico en sus diferentes variedades”, remarcó.
Y es que dijo, son presa fácil del manipuleo de los precios que hacen los industriales, los empacadores y desgraciadamente mientras los citricultores estén desorganizados, lo seguirán haciendo, puesto que están exterminando a la familia citrícola.
“Ellos quieren que sigamos desorganizados para seguir poniendo los precios que quieran y mientras sigamos así seguiremos siendo presa fácil de los empacadores”, resaltó.
Bigurra Prom subrayó que es increíble, que solo en cuestión de horas les reduzcan hasta en un 50% el precio del limón, porque si en la mañana lo venden en 6 pesos el kilogramo, para la tarde ya se lo bajaron a 4 y 3 pesos.
“Es triste este panorama, no sólo para el citricultor, sino para todos en general, para los plataneros, caficultores, para todo el agro mexicano hasta que no nos organicemos, nos unamos, hagamos un movimiento para tener una verdadera reactivación local de los citricultores representada por verdaderos trabajadores del campo para que ellos gestionen ante las instancias estatales y municipales mejores condiciones para la gente del campo, no podremos salir adelante”, precisó.
Es triste ver que los más necesitados y desprotegidos a estos nunca les llega un apoyo, porque cuando en su momento se realizaron los famosos tianguis agropecuarios y traían los tractores, un pequeño propietario, ejidatario solo se hacía ilusiones, porque nunca iba a poder adquirirlo, pues para tener una idea actualmente el precio del kilogramo de naranja es de un peso y necesitan vender una camionada de 10 toneladas para comprar una tonelada de fertilizante.
“O bien, come la familia o come el campo y no se vale que tengan en estas condiciones tan deplorables a la fuerza productiva que generan riqueza para el municipio, el estado y la nación”, lamentó.