14 de Noviembre de 2024
 

Continúan los conflictos con comerciantes informales

Ayer intentaron remover una vendedora de comida que quería pagar menos de su cuota habitual

 

Facundo Bartolo Salazar

 

Continúan los conflictos con comerciantes informales, quienes insisten en llevar a cabo sus actividades en el primer cuadro de la ciudad, al parecer con la esperanza de ser tolerados, pese al acuerdo con autoridades municipales para mantener despejada esa área. Ayer, poco antes de la una de la tarde, Gerardo Zapata González, dirigente de la CROC, iniciaba una discusión con cobradores de Ejecución Fiscal en virtud de que al intentar cumplir con su labor a la salida de un estacionamiento sobre la avenida Ávila Camacho, entre la calle Matamoros y Javier Mina, una vendedora de comida instalada en ese sitio se negaba a pagar su cuota habitual de 20 pesos. Esta situación motivó una reunión entre el citado dirigente y personal de Ejecución Fiscal en el palacio municipal para llegar a un arreglo.

 

El problema real era que la citada comerciante ofrecía tan solo pagar diez pesos diarios por llevar a cabo su actividad, ante lo cual los trabajadores de Ejecución Fiscal mostraron cierta oposición, pues argumentaron estar haciendo su trabajo y que le cobrarían 20 pesos como de costumbre. Se dijo que al calor de los alegatos los empleados municipales llegaron a decir que llamarían una patrulla policiaca para remover a la vendedora, razón por la cual acudió a abogar por ella Gerardo Zapata González, quien primeramente manifestó que la comerciante es minusválida y que mucho esfuerzo hace por trabajar, de tal forma que no sería justo coartarle su derecho.

Sin embargo, los representantes de Ejecución Fiscal respondieron que ellos solamente cumplen órdenes y que para hacer descuentos en los cobros a comerciantes deben contar con la debida autorización de sus superiores, quienes en caso de dar su visto bueno, les ordenarían incluso no cobrar las cuotas.

Cabe hacer mención de que resulta un tanto confusa la delimitación del primer cuadro de la ciudad sobre la que se basan los acuerdos entre ambulantes y autoridades municipales para mantener despejada la vía pública. Baste citar el caso de la calle Abasolo, misma que es considerada como límite del primer cuadro por la parte poniente, no obstante, resulta que al formar esquina esa vía con la avenida Melchor Ocampo, los ambulantes parecen olvidar los acuerdos pactados y comienzan a obstruir esa avenida, solamente por su supuesta necesidad de trabajar o su ambición.

Lo anterior, tomando en cuenta que esas personas no son tan pobres, observándose claramente que si tienen recursos para comprar una camioneta cargada de mercancía y vender en la vía pública, esos mismos recursos podrían servir para que rentasen un local debidamente establecido, sin estorbar la circulación ni de peatones ni de vehículos.

 

 


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