* Prefieren perder el dinero entregado que enfrascarse en largos y costosos procesos judiciales
Facundo Bartolo Salazar
Después de haber sido defraudados con la promesa de proyectos productivos que nunca llegaron, productores de la región quedaron indefensos ante la impunidad, misma que les hizo perder el ánimo de presentar la denuncia correspondiente por un ilícito cuyas afectaciones económicas rebasaron los 2 millones de pesos, con los cuales se quedó el defraudador, Fidel Ramírez y Méndez, seudodirigente de la UGOCM, señaló Santana López, uno de los defraudados.
Expresó que “estimamos que fueron no menos de 500 productores de Martínez de la Torre, Misantla, San Rafael y demás municipios de la región quienes entregaron dinero a cambio de supuestas gestiones de proyectos productivos, con el respaldo del secretario de gobierno, pero esos apoyos nunca llegaron, ni tampoco cumplió Fidel Ramírez con la devolución del dinero, después de años que nunca hubo resultados positivos”.
Destacó que los afectados solamente lograron citar al defraudador ante la fiscalía, donde se comprometió a devolver el dinero que había recibido, pero desafortunadamente, eso no se concretó, provocando el desánimo de quienes perdieron cuantiosas cantidades de dinero que definitivamente les hacían falta para continuar trabajando sus parcelas.
Reveló que algunos productores incluso pidieron dinero prestado, con la esperanza de que en algún momento podrían recuperar esos recursos y además aliviar la precaria situación económica que ha prevalecido en el campo durante los últimos años. Lamentó que desafortunadamente, el remedio salió peor que la enfermedad, de tal manera que en su mayoría productores de cítricos solamente quedaron más endeudados y con más preocupaciones y dificultades para salir adelante.
Pese a todo ello, la mayoría de los inconformes prefirieron perder lo invertido, a involucrarse en un largo y quizá costoso proceso judicial que difícilmente reportaría buenos resultados. Esto, sabiendo de la lentitud de las autoridades para dar respuesta a personas con escasos recursos y sin las grandes influencias para lograr que los trámites avancen, quedando todo en la impunidad, en la que seguramente se seguirán cobijando todos aquellos que acostumbran estafar a la gente del sector campesino.