17 de Noviembre de 2024
 

Riesgo latente, el consumo de pescado contaminado

* Pescadores evidenciaron que algunos pobladores se llevaron especímenes del Bobos para consumo humano

Miguel Bautista

Luego de que medios de comunicación, pescadores e incluso la primera autoridad de San Rafael evidenciaran el ecocidio que se registró en el río de Nuevo Faisán, pero también en la comunidad El Pital y aledañas, ahora lo que más preocupa es que se inicie un brote de enfermedades generadas por personas que por desconocimiento o inconsciencia se llevaron estos peces muertos por contaminación para consumo humano.

Pescadores y comunicadores que estuvieron en este punto desde que se informó de esta situación dieron su punto de vista que posiblemente por la necesidad que tienen los mismos pescadores o sus familias, pero a algunos se les vio llevar este producto que podría poner en riesgo potencial su integridad física, ya que no se hizo nada por dichas especies y se sabe que murieron a causa de la contaminación reinante, haciendo un llamado incluso al departamento de riesgo sanitario, pues en esta ocasión ha brillado por su ausencia.

Hasta ahora, ha transcurrido casi una semana desde que habitantes de distintas comunidades de San Rafael pero sobre todo del sector pesquero denunciaran esta fuerte contaminación, que generó la mortandad de diversas especies acuáticas del río Bobos y que ha causado gran molestia al grado incluso de tener manifestaciones tanto en la empresa que se sospecha cometió esta atrocidad y en la carretera a la altura de la caseta de Nautla.

Aunque de por si ya es una actividad que está muriendo en esta región, este nuevo episodio de contaminación podría estar dando un tiro de gracia a los involucrados en el tema pesquero, ya que aunque vecinos y funcionarios locales dieron parte a las dependencias estatales y federales estas estarían negociando un jugoso recurso, para dar carpetazo a los asuntos de esta índole como se ha venido haciendo desde hace varios años.

Finalmente se exhortó a la autoridad sanitaria para que también se dé una vuelta por el lugar, y verificar o aminorar los riesgos que esto produciría, pues no se sabe el destino final de quienes llevaron estas especies a sus hogares, con el fin de enterrarlos en algunos campos de la zona o para usarse de manera comestible, lo que detonaría en un fuerte brote de enfermedades en la población como daños colaterales de la contaminación que dio como resultado la mortandad de especies en estos afluentes.


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