* Encargados del corte deben establecer una mejor coordinación para no causar pérdidas a los cañeros
Facundo Bartolo Salazar
Es importante que en esta zafra que está en marcha no haya cañas quedadas, tal como ha sucedido en otros años, ocasionando pérdidas a los productores, pues no pueden recibir oportunamente sus pagos y pagar las deudas que contraen, precisamente para continuar cultivando la gramínea, señaló Arturo Galindo Levet, en su carácter de cañicultor.
Explicó que “los encargados del corte de caña deberían coordinar mejor los trabajos con la finalidad de que no haya cañas quedadas, tomando en cuenta que la gramínea en esta región es reconocida por su alto contenido en sacarosa, de manera que no hay pretextos para no cuidar el producto y ocasionar contratiempos a los cañeros”.
Añadió que quienes coordinan los trabajos de la zafra tienen también la obligación de reducir los gastos generales de cosecha, mismos que constantemente son ocasionados por malas decisiones en lo que se refiere al movimiento de personal y maquinaria.
Reconoció que los cañeros de la región tendrán que continuar con esa opción de enviar su producto al Ingenio La Gloria, en tanto no sea concretado otro proyecto más rentable que permita el aprovechamiento óptimo de las plantaciones que aún quedan de la gramínea y que prometen muy buenos dividendos si los productores tienen la visión suficiente.
Galindo Levet mencionó que en ese contexto resulta indispensable promover la organización entre los cañeros en torno a un objetivo en común, lo cual definitivamente es muy difícil, sobre todo por las grandes decepciones que han sufrido los integrantes del gremio, y que los han hundido en una profunda crisis. Confió entonces en que habrá formas de motivar a los productores a vislumbrar nuevas alternativas para el procesamiento de la caña en las que ellos mismos tendrían participación activa, con posibilidades de mejores ingresos.
