* Generalmente los abrazan y besan en campaña, para que después ni vuelvan la mirada hacia ellos
Facundo Bartolo Salazar
Martínez de la Torre, Ver.- Las personas de la tercera edad esperan que los candidatos cumplan sus promesas, ahora que están a punto de arrancar sus campañas por la diputación local y sin importar de qué partido sean o sus posibilidades tratarán de convencer a los senectos de emitir su voto, y de que con ello tendrán garantizada la atención y los apoyos que tanto necesitan, dadas sus condiciones de vida, en las que carecen de lo más indispensable, señaló Emiliano Zapata Mora, beneficiario del 65 y Más.
Mencionó que “el problema con nosotros es que siempre nos dicen lo mismo los candidatos, pero cuando se sientan en su silla ya ni siquiera nos voltean a ver, ni siquiera para ayudarnos con una despensa de vez en cuando y mucho menos con medicinas, porque muchos no tenemos ni seguro”.
Destacó que como beneficiario del programa 65 y Más de la SEDESOL no le sirven de gran cosa los mil pesos que recibe cada dos meses, pues no cuenta con el respaldo de ningún familiar y además tiene que pagar renta del lugar donde vive, por lo cual enfrenta constantemente serias dificultades.
Añadió que también comienza a padecer algunas enfermedades, principalmente del estómago, de manera que expresó su preocupación por el día en que ya no pueda valerse por sí mismo, porque es muy posible que nadie se acerque a brindarle ayuda, como ha sucedió con otros viejitos que irremediablemente mueren en el abandono. Es por ello que consideró necesario hacer conciencia entre los candidatos y actuales funcionarios de gobierno para que no utilicen a las personas de la tercera edad igualmente que a otros para llegar al poder y después negar todo tipo de respaldo a quienes más lo necesitan.
Lamentó que algunos viejitos ya ni siquiera puedan acudir a las casillas a depositar su voto por estar postrados permanentemente en cama, y quizá por esa razón solamente se quedan con las promesas incumplidas por los políticos, quienes en sus campañas abrazan y besan a los de la tercera edad, para después no volver la mirada hacia ellos, con tal de no reconocer compromiso alguno.