- Aunado a las aportaciones federales para su construcción, se habla de un crédito de 170 millones
Facundo Bartolo Salazar
Martínez de la Torre, Ver.- Nicolás Murrieta Espinoza tendrá que explicar el destino de los recursos de la Juguera del Totonacapan, especialmente ahora que ha quedado claro que esa empresa nunca será puesta en funcionamiento y además ha quedado al descubierto un crédito de 170 millones de pesos, mismo que socios tamaulipecos habrían solicitado ante la Financiera Nacional, lo que anteriormente era la Financiera Rural, por cierto, sin los respaldos suficientes.
Productores de la región dijeron tener conocimiento que el citado crédito fue concedido de forma irregular en la sucursal de la Financiera Nacional en Poza Rica y seguramente ocasionará problemas a quien era gerente de la institución en ese momento y ahora dirige la sucursal de Martínez de la Torre.
Manifestaron su molestia porque seguramente esos 170 millones de pesos de los que se habla “se harán humo”, de igual manera que los 97 millones que fueron aportados por dependencias federales para la construcción de la juguera y cuya aplicación nunca ha quedado clara, utilizando como mero pretexto a los pequeños productores, quienes supuestamente tendrían que ser los beneficiarios de la empresa en cuestión.
Los declarantes, quienes omitieron sus nombres por temor a represalias, lamentaron que los productores hayan sido engañados con la promesa de un patrimonio para sus familias y un modo novedoso de incrementar sus ingresos, mediante sus acciones como socios.
Desafortunadamente, se descubrió que los productores no tendrían ni voz ni voto, pues todo el proyecto de la juguera estuvo siempre manejado por un reducido grupo de “iluminados”, quienes calcularon perfectamente su negocio, bajando los millonarios recursos federales, tomando como bandera a los pequeños productores, tan solo para desviar ese dinero a empresas fantasmas que crearon para ese fin y a final de cuentas rematar a precios irrisorios el “cascarón” que construyeron en El Chote, el cual seguramente será adquirido por propietarios de las jugueras de esta región.
Dada la situación, los productores exigen que sea aclarado el destino de los recursos de la juguera que nunca funcionará, lo cual es responsabilidad, no solamente del eternizado dirigente de citricultores, Nicolás Murrieta Espinoza, sino también de Alba Leonila Méndez Herrera, quien fue pieza clave para bajar los recursos de manos de su amigo Felipe Calderón Hinojosa. Cabe hacer mención que René Martínez Decuir recibió el dinero del proyecto de la Juguera del Totonacapan a través del sistema Producto Cítricos y en su caso Raudel García Pérez fungió como asesor y promotor, conjuntamente con Guillermo de la Rosa López y el extinto Luis Victoria Moreno.