* Seguirán pendientes múltiples necesidades de las clases más desprotegidas
Facundo Bartolo Salazar
Martínez de la Torre, Ver.- El nuevo gobierno estatal verá enemigos en las organizaciones sociales, pues seguramente seguirá dejando pendientes múltiples necesidades de las clases más desprotegidas en la sociedad veracruzana, en aras de mantener una estabilidad o bonanza a nivel macroeconómico, donde lo más importante es instalar empresas e impulsar solamente a los grandes capitales, señaló Francisco Campos García, en su carácter de ciudadano observador y crítico.
Afirmó que “el gobierno no ve a una organización como coadyuvante de una situación social, sino como un enemigo político, mismo que en caso de crecer puede ser una fuerza opositora, siendo esa una visión errática”. Dijo que lo anterior se da, aun cuando las organizaciones sociales tienen el espíritu de ser un coadyuvante de la sociedad ante un gobierno, pero nada más.
Lamentó que aun con el cambio de gobierno, las necesidades sociales vayan a seguir pendientes, sin que se vislumbre un panorama muy halagador en el corto plazo. Y aun cuando al largo plazo pueda haber puedan darse mejorías, la pobreza nunca se va acabar, siendo esa una falacia política. Apuntó que muchos utilizan la bandera del combate a la pobreza y apoyos para quienes menos tienen, pero es muy difícil que con acciones de ese tipo se obtengan resultados definitivos.
Comentó que tanto el estado como el país seguirán en el mismo nivel en el que están actualmente, pues los gobiernos han impulsado un proyecto macroeconómico basado en el neoliberalismo, en el que el 13 por ciento de la población vive cómodamente, mientras que el 85 por ciento de la población se tiene que preocupar diariamente por motivos de alimentación, salud e inestabilidad que existe. Reconoció que ese modelo no se puede desechar de la noche a la mañana, porque hay estructuras económicas, industriales, mismas que dirigen y arreglan el entarimado político y social acorde a sus propios intereses. Es por ello que, finalizó, resulta muy difícil pensar en un cambio radical, con el simple cambio de siglas en el gobierno.
