Pese a que, afirma, “pone de su bolsa” para realizar sus gestiones
Facundo Bartolo Salazar
Líder de citricultores hace negocio con material pétreo producto del desazolve del Río Bobos para el cual no invirtió un solo peso, ni en la extracción, ni en el transporte del referido material, pues toda esa inversión corrió a cargo de la Comisión Nacional del Agua (Conagua) y también del Fondo Nacional de Desastres Naturales(Fonden).
Lo anterior es palpable en una de las tantas parcelas de Nicolás Murrieta Espinoza, aun presidente de la Asociación Agrícola Local de Productores de Cítricos, donde aún es posible observar montones de grava en greña, los cuales fueron depositados en el lugar tras el desazolve del Río Bobos. A decir de los habitantes de la colonia Obrera, Flores Magón y Margaritas, mismas que colindan con ese terreno, ese personaje cobra la módica cantidad de 400 pesos por cada viaje de la mencionada grava, pese a que ese material debería ser destinado a obras de beneficio social, tal como lo marca la normatividad de la Conagua.
Murrieta Espinoza resultó beneficiado con ese material pétreo, producto del desazolve del Río Bobos, cumpliendo con el único requisito de ser rico y contar con un terreno apropiado para depositar dicho material, de la misma manera que lo han hecho otros acaudalados de esta ciudad, quienes han dejado a muchos campesinos sin mejorar sus caminos interparcelarios y a muchos colonos sin esperanzas de contar con sus calles medianamente dignas. Ciertamente, la situación no es totalmente culpa de Nicolás Murrieta, pues no se descarta la posibilidad de que para acceder al beneficio haya dejado muy buena “gratificación” a funcionarios de la Conagua.
Lo lamentable del caso es que en las dependencias gubernamentales es claro que ayudan a los que tienen mucho dinero, brindándoles a ellos aún más oportunidades de explotar al pueblo, en su caso vendiéndole material pétreo. Quizá para los funcionarios no sea negocio acercarse a los presidentes de comisariados ejidales, agentes municipales o dirigentes de colonias para ofrecerles el beneficio que varios ricos como Murrieta Espinoza han obtenido en los últimos meses.
Definitivamente, ese tipo de personas reciben en bandeja de plata aún más opciones de seguir acrecentando su riqueza, aun a costillas del propio gobierno y de recursos de los ciudadanos, pues por ese rumbo de Villa Independencia se afirma que la parcela del dirigente de citricultores es atravesada por una tubería de drenaje, a lo cual accedió “generosamente”, para llevar ese servicio a una colonia vecina.
Esa situación incrementa aún más el valor de la propiedad de Nicolás Murrieta aunado al hecho de que, al parecer, destinará parte de su predio a la construcción de viviendas del Infonavit, lo cual resulta perfectamente factible, gracias a la infraestructura y servicios con los que ya cuenta la Colonia Las Margaritas, que es aledaña al predio.
Por si todo lo anterior fuese poco, Nicolás Murrieta vendió a precio de oro unos metros de su parcela en las cercanías de Cañadas para construir lo que hasta el momento es un elefante blanco. Se trata de un supuesto laboratorio donde se reproduciría la tamarixia radiata, enemigo natural de la diaphorina citri, temible vector que puede transmitir el HLB a las plantas de cítricos.
En ese caso, Murrieta Espinoza vendió alrededor de 6 mil metros cuadrados a Sanidad Vegetal en 600 mil pesos, un precio bastante elevado, al tomar en consideración de que por ese rumbo la hectárea de terreno no debe rebasar ni los 120 mil pesos. Ese fue otro negocio redondo de los tantos que se le atribuyen al líder citricultor, muy a pesar de que el jura y perjura que él no lucra con los cargos que ocupa, sino que por el contrario “pone de su bolsa” para realizar sus gestiones.