El mercado municipal, con bajas ventas al igual que todos los días del año
Facundo Bartolo Salazar
Las tiendas de autoservicio son las únicas beneficiadas con el incremento en las ventas que se genera en festividades como la reciente Semana Santa, en la que los locatarios del mercado municipal Rosendo Topete Ibáñez no observaron diferencia alguna en sus bolsillos, con respecto al resto del año, sobre todo en el rubro de abarrotes, en el que se esperaba cierta mejoría, señaló don Eleno Galindo López, comerciante del lugar.
Manifestó que desafortunadamente, el mercado municipal está rodeado de grandes cadenas comerciales, mismas que están acabando con la costumbre de las personas de visitar los tradicionales puestos de abarrotes, frutas y verduras que caracterizan al citado centro de abasto, con un trato directo que permite incluso el regateo y otras prácticas que definitivamente van desapareciendo, conjuntamente con los ingresos de los locatarios, quienes ya no ven futuro en su actividad.
Galindo López dijo que los comerciantes del mercado municipal se han acostumbrado ya a tener ingresos a niveles de supervivencia, pues en ocasiones solamente alcanzan a sufragar sus gastos, mientras el público se amontona en las grandes tiendas de autoservicio, las cuales muchas veces nada tienen que ver con el pueblo, sino que solamente se llevan el escaso circulante que hay. Lamentó que desafortunadamente, esas organizaciones cuenten con grandes capitales para atraer a los clientes, mientras que en el mercado sucede todo lo contrario, pues es muy difícil hablar de mejorías en el inmueble, las cuales por lo menos faciliten el libre paso de las personas que acuden al lugar a realizar sus compras.
Aseveró que esa situación deplorable del centro de abasto tiene que ver directamente con el administrador Pablo Morales, quien solamente es un funcionario que acude a cobrar puntualmente su sueldo, además de que sigue acaparando puestos en el propio inmueble. Es por ello que el entrevistado se pronunció a favor de que sea removido de su cargo a quien calificó de nefasto administrador, quien debe dejar el paso a quien verdaderamente tenga deseos de trabajar en beneficio de sus representados, sin distraerse en negocios personales, pues para eso no recibe sueldo del Ayuntamiento.