-Corporaciones de seguridad, de Tránsito y de la Fiscalía, revictimizan a víctimas de robos de autos y motocicletas
-Cuando las unidades son recuperadas, tienen que sufrir ante la incompetencia de funcionarios y lo peor, son tratados como criminales en la Fiscalía General del Estado
Por Miguel Bautista
Después de evidenciar que la estrategia de seguridad de revisar toda la documentación de unidades, especialmente de motocicletas continúa, los ciudadanos que han logrado recuperar sus unidades robadas denuncian una tremenda burocracia, pues lamentablemente instituciones de seguridad y principalmente la Fiscalía General del Estado lo revictimizan.
Un claro ejemplo es la de un ciudadano que al enterarse que la policía encontró su motocicleta que le había robado un grupo de criminales, al reclamar su propiedad con documentos en mano, se topó con una infinita burocracia para recuperarla, fue prácticamente tedioso y lo peor, es que las autoridades de la Fiscalía lo trataron como si él fuera el delincuente.
El quejoso relató que lamentablemente después de avisarle que su moto había sido encontrada y recuperada tuvo que enfrentar las pésimas actitudes de los servidores públicos en la Unidad Integral de Procuración de Justicia de esta ciudad, después de la poca atención brindada en el departamento de Tránsito del Estado y peor aún en el corralón municipal, perdiendo para ello varios días de trabajo, y con una excesiva cantidad por la estadía de la misma, esto por culpa del tortuguismo de las autoridades.
Las grúas y servidores públicos del municipio parecerían estar de acuerdo para hacer dar vueltas al ciudadano, ya que después de haber sufrido el robo de la unidad, el trámite es engorroso y no hay personal suficiente. Largas esperas en pequeñas oficinas o bajo el sol forman parte de la “odisea” en Tránsito.
Tanto despliegue para sancionar o recuperar unidades no tiene como fin una atención mínima adecuada en las oficinas y los ciudadanos que buscan recuperar sus vehículos se convierten en víctimas de una larga pesadilla burocrática. “Para multar están todos pero para atender después no hay nadie. Es todo para recaudar”, dijo.