8 de Febrero de 2025
 

Sería un engaño supuesto patrón tolerante al HLB

-Productores deben estar atentos y no dejarse sorprender, puesto que sería otro gran negocio de los viveristas

Por Facundo Bartolo Salazar

Podría ser un engaño supuesto patrón tolerante al HLB o “dragón amarillo”, razón por la cual los productores deben estar atentos y no dejarse sorprender, puesto que sería el gran negocio de los viveristas, a costa del estancamiento, sobre todo de la producción de los citricultores en pequeño, aseveró Leobardo Pérez Rendón, en su carácter de citricultor.

Comentó que “podría suceder lo mismo que lo del virus de la tristeza, cuando muchos productores prácticamente se vieron obligados a replantar sus huertas con patrones tolerantes al virus que nunca llegó, y por lo pronto dejó árboles que ni siquiera daban fruto además de los gastos”. Insistió en que, solamente los viveristas se hicieron más millonarios, y después de todo eso se pueden ver muchos viveros a cielo abierto, donde se está produciendo planta de cítricos con el patrón anterior, el llamado naranjo amargo o “cucho”, el cual es mucho más productivo, razón por la que sigue siendo aceptado.

Pérez Rendón manifestó que esa es la duda que quedará entre los productores, pues hasta el momento se ha informado que el HLB no tiene cura, incluso en países avanzados como Estados Unidos, siendo casi imposible que en México ya se esté hablando de una solución al problema, al menos en parte. En ese contexto, mencionó que desafortunadamente, la utilidad del patrón tolerante al HLB solamente se podrá comprobar hasta que esa enfermedad ataque esta región, en la que supuestamente quedaría devastada la citricultura, en caso de no tomar las medidas preventivas pertinentes.

Confió en que los grandes iluminados de la citricultura no vuelvan a confundir a los productores con conferencias en las que el único objetivo sea promover la venta del patrón tolerante al HLB. Opinó que a estas alturas los productores ya son muy desconfiados, y no será fácil convencerlos de comprar nuevas plantas, solamente para que llenen sus bolsillos hasta los topes los empresarios viveristas.


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