CARLOS TOMASINI/EL UNIVERSAL
CIUDAD DE MÉXICO, VER.- Hasta hace unos años, el enfoque para tratar el cambio climático a nivel global era la prevención, pero situaciones como los meses más cálidos que ha vivido el planeta y el incremento de fenómenos meteorológicos han demostrado que hoy el objetivo debe ser cómo gestionarlo.
En la edición 2025 del Informe de Riesgos Globales, del Foro Económico Mundial, se advierte que ya se viven riesgos ambientales severos, como la pérdida de biodiversidad y el colapso de ecosistemas, así como los cambios críticos en los sistemas del planeta y la escasez de recursos naturales.
Otro riesgo ambiental que se señala en el informe es la contaminación de aire, agua y tierra, la cual se clasifica como un riesgo urgente por su grave impacto a la salud y los ecosistemas.
Esto puede ocasionar todo tipo de afectaciones. Por ejemplo, los incendios forestales son capaces de perjudicar la infraestructura hídrica de una región, contaminando las fuentes de agua o cortando el acceso a estas.
Asimismo, las inundaciones y las tormentas llegan a dañar las redes de energía e interrumpir las redes de transporte, paralizando así las líneas de producción, lo cual conlleva a pérdidas económicas. "Si las infraestructuras críticas y las cadenas de suministro se ven afectadas, la acumulación de daños puede ser considerable", advierte el reporte.
ÁREAS QUE REQUIEREN SOLUCIONES
En todo el mundo será necesario cambiar los procesos que se conocen en la actualidad y generar nuevos a fin de volverlos más sostenibles, como es el caso de los materiales de construcción.
Muestra de esto son los de bioconstrucción, que son naturales, renovables y reciclables; y se emplean para lograr edificaciones más ecológicas.
Latinoamérica es de las regiones con mayores oportunidades de convertirse en el proveedor más importante de productos y soluciones con esas características (como el bambú), especialmente en regiones donde ciertas plantas no son nativas.
Al respecto, Verónica Correa, CEO de Bambuterra, empresa de diseño y construcción que usa bambú como materia prima, asegura que existen muy pocas universidades con una inclusión formal del bambú como material para construcción; además, hay pocos profesionales con una formación consolidada de conocimientos en esa materia.
UNIVERSIDADES RESPONDEN AL LLAMADO
En general, para gestionar el cambio climático, se necesitarán profesionales con nuevas habilidades, por ejemplo, una sólida formación interdisciplinaria, considera el doctor Jürgen Mahlknecht, líder del Núcleo de Investigación en Clima y Sostenibilidad de la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tecnológico de Monterrey.
"Esto incluye expertos en Ciencias Ambientales, Ingeniería, Políticas Públicas, Economía, y Tecnología. Habrá una creciente demanda de personas capaces de integrar conocimientos técnicos y sociales para implementar soluciones eficaces.
"Profesionales en áreas como Energías Renovables, Ingeniería Sostenible, Planificación Urbana y Gestión de Recursos Naturales serán esenciales. Además, es crucial que los líderes del futuro posean un enfoque proactivo y colaborativo, pues el cambio climático es un desafío global que requiere un trabajo conjunto de diferentes sectores", detalla.
El académico destaca que estos profesionales deberán contar con habilidades técnicas especializadas, pero también con cualidades transversales como el pensamiento crítico, la capacidad de resolución de problemas complejos y la adaptabilidad, por mencionar algunas.
"La habilidad para trabajar en equipos multidisciplinarios será clave, dado que los problemas del cambio climático no tienen una única solución. También serán fundamentales las habilidades en comunicación porque es importante sensibilizar a la población, gobiernos y empresas sobre los riesgos y las soluciones posibles.
"También tendrán que ser innovadores, con capacidad para desarrollar tanto nuevas tecnologías como modelos sostenibles que se adapten a las realidades locales y globales", reitera.
Carlos Ramos Cárdenas Artigas, director de la Facultad de Responsabilidad Social de la Universidad Anáhuac México agrega que, para enfrentar las necesidades de la crisis climática, empresas, gobiernos, academia y sociedad civil están llamados a transformar sus enfoques hacia modelos sostenibles, colaborativos y resilientes.
"Las empresas deben integrar la sostenibilidad en su modelo de negocio, apostar por la economía circular, reducir emisiones y promover una cultura organizacional ética. Los gobiernos necesitan establecer marcos legales ambiciosos, invertir en energías limpias, impulsar alianzas público-privadas y educar en temas ambientales", opina.
Por otro lado, sostiene que en manos de la academia está reformular planes de estudio, fomentar la investigación interdisciplinaria, generar líderes éticos y vincularse con comunidades para aplicar el conocimiento.
"Además, la sociedad necesita adoptar estilos de vida sostenibles, participar activamente en iniciativas climáticas y demandar prácticas responsables. Todo esto tendría que acompañarse por el uso de tecnologías verdes, innovación y una colaboración multisectorial que priorice el bienestar social, la equidad intergeneracional y el equilibrio ambiental como ejes del desarrollo", menciona.
Para Juan Manuel Núñez, coordinador de la licenciatura en Sustentabilidad Ambiental de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México, un elemento importante es que los profesionales volcados en atender el cambio climático, en cualquier campo, posean una gran conciencia social.
"El cambio climático no se puede entender si no te queda clara la desigualdad social que existe detrás de este. Por eso, es importante recibir una formación social y humanista muy sólida, muy ética y muy responsable", precisa.
Núñez expone que la generación actual de universitarios es muy consciente de los problemas relacionados con el cambio climático, aunado a que en el terreno laboral hay una necesidad grande de incorporar este tema.
"Las universidades debemos ayudar a empresas, instituciones y gobierno a que tengan los perfiles de profesionales adecuados en la medida que identifiquen los problemas a solucionar", afirma.
Asimismo, el académico hace hincapié en que hoy los cambios en las currículas de las universidades necesitan ser más rápidos, con el objetivo de estar al día con las nuevas necesidades que surgen en torno al cambio climático.
En general, las universidades en México están obligadas a seguir formando a los estudiantes en disciplinas relacionadas con estos fenómenos, pero también a fomentar la interdisciplinariedad y la colaboración entre los sectores para que trabajen juntos con miras a abordar de manera efectiva este desafío global impostergable.
Algunas áreas del conocimiento relacionadas con el cambio climático
Ciencias Ambientales Ingeniería (especialmente la Ingeniería Energética, Ingeniería Ambiental, Ingeniería en Desarrollo Sustentable e Ingeniería Civil)
Biotecnología
Economía Ambiental
Sociología
Política Pública
Gestión Empresarial
Salud Pública
Inteligencia Artificial
Ciencia de Datos
Ciencias Sociales
FUENTE: Dr. Jürgen Mahlknecht, líder del Núcleo de Investigación en Clima y Sostenibilidad de la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tecnológico de Monterrey.
¿CÓMO DEBERÁN CAMBIAR LAS PROFESIONES ACTUALES?
- Las Ingenierías deberán integrar el diseño de tecnologías limpias, eficiencia energética y gestión de recursos naturales.
- Las Ciencias Económicas tendrán que priorizar la adopción de modelos económicos sostenibles que promuevan la inclusión social y la reducción de desigualdades.
- El Derecho deberá especializarse en legislación ambiental, justicia climática y derechos humanos en el contexto del cambio climático.
- Las áreas de Responsabilidad Social deberán evolucionar de un enfoque predominantemente filantrópico hacia uno más estratégico, enfocado en generar un impacto positivo y sostenibilidad a largo plazo.
- Las Ciencias de la Salud deberán adaptarse al cambio climático dado su impacto directo en la salud pública, por lo que será necesario integrar estos aspectos en los programas educativos.
- Las Humanidades y la Psicología jugarán un papel importante, contribuyendo a la comprensión de los cambios culturales y psicosociales necesarios para afrontar los retos climáticos.
- Las Ciencias Sociales deben profundizar en la psicología ambiental, que permite entender cómo las personas perciben y reaccionan ante los problemas ambientales, facilitando intervenciones más efectivas en las comunidades.
- El arte y la cultura jugarán un papel esencial en la sensibilización y movilización de la sociedad. La creatividad artística puede generar conciencia y conectar con el público, inspirando cambios en comportamientos y percepciones.
FUENTE: Carlos Ramos Cárdenas Artigas, director de la Facultad de Responsabilidad Social de la Universidad Anáhuac México.
¿QUÉ DEBEN HACER LAS UNIVERSIDADES?
Diseñar mejores ciudades para vivir mejor.
Desarrollar mejores políticas públicas.
Crear financiamientos verdes económicos en las empresas.
Impulsar comunidades originarias más participativas y empoderadas.
FUENTE: Juan Manuel Núñez, coordinador de la licenciatura en Sustentabilidad Ambiental de la Universidad Iberoamericana Ciudad de México.