Color y crónica de lo sucedido la madrugada de ayer viernes en el mercado
Jorge Parra
Más polémico que nunca, se trata del mercado Antonio M. Quirasco el cual la madrugada del ayer viernes vivió uno de sus álgidos momentos, al tener que ser necesaria la reubicación de 12 locatarios que yacían al interior del inmueble para otorgarle posesión a quienes con juicio en mano desde aproximadamente 2012 están pidiendo ser restituidos en sus derechos por medio de la vía judicial.
Las puertas del inmueble todas estaban cerradas con cadena y candado, alrededor del mismo un sinnúmero de elementos de la Policía Municipal, buscamos una ubicación en la puerta principal y en ese sitio estaba un grupo de personas, se trataba de los locatarios cuyos locales en el interior en ese momento estaban comenzando a ser reubicados, pues la mercancía de los mismos, estaba siendo removida por personal del ayuntamiento que en cajas y bolsas depositaron todos los artículos que encontraron en el interior de cada local.
Como una cadena de hormigas, el personal del ayuntamiento removía la mercancía de los locales reubicados, se pudieron ver rostros conocidos como el de la directora de Comercio municipal Leticia Vásquez, el secretario del Ayuntamiento César Jazman, el síndico único Sergio Díaz Esquivel, el director de Obras Públicas José Hernández, todo lo actuado estaba siendo pasado y registrado bajo la fe notarial del notario número uno de esta ciudad Roberto Medellín Maggio.
Desde afuera hacia el interior del inmueble se escuchaban gritos, como “tú te haces responsable de lo que falte” o “delincuentes” o incluso viajes de madre a quienes estaban al interior del mercado, uno de los más escandalosos el exadministrador del mercado municipal en el trienio pasado de nombre Daniel Francisco, el exsecretario particular del exalcalde de nombre Alberto Martínez o un exempleado del pasado trienio de nombre Bricio quien se encargaba de los combustibles, también en el trienio pasado, incluso el exregidor priista Isaías Lavoignet también se aparecieron en el lugar, quienes se dirigían a quienes estaba al interior con documentos en mano diciendo: “tenemos suspensión definitiva”, una figura legal dentro del juicio de amparo.
Al interior, uno a uno de los locales que habían de ser reubicados iban siendo abordados; con una pinza se cortaban los candados, se alzaban las cortinas y la mercancía era colocada en cajas o bolsas para ser removida, uno de los locales en los que más tiempo se demoró fue uno que se dedicaba al comercio de utensilios de cocina, las cucharas, cuchillos, exprimidores de limón, coladores, vasos, platos, entre otros artículos más al ser demasiados tomó mucho tiempo.
Una de las catarsis en el procedimiento de reubicación fue cuando a los locales comerciales se les fueron borrados los letreros con que se anunciaban al público y con pintura color beige se borraron por ejemplo una a una las letras del anuncio “Ropa y novedades” de lo que era el local 2; las mentadas de madre no se dejaron esperar y al único reportero que en ese momento reencontraban en el lugar nos gritaban: “corruptos, vendidos”.
De un momento a otro en el lapso de tiempo que comprendió las ocho horas para la reubicación de los locales, en cada una de las puertas del mercado se remolineaban decenas de personas en total unas 30 personas, las cuales grababan videos, tomaban fotos con celulares, cámaras o con lo que tuvieran a la mano y sirviera para ello.
Cerca de las cinco de la mañana comenzaron a llegar más personas al mercado, eran sobre todo proveedores de carne de cerdo, res o pollo que acudían al lugar a dejar su mercancía a los locales, sin embargo, se encontraron con el inmueble cerrado y se regresaron con la carne, a las cinco y media sonó el primer repique para la misa de seis de la mañana y al interior del mercado se observaba al personal realizando aún a esa hora la reubicación de la mercancía, ganchos de ropa, anaqueles, muebles todo era acarreado incluso a locales de la parte alta del mercado.
Ya para las seis de la mañana habían llegado las empleadas de las cocinas económicas, portando su mandil y cruzadas de brazos por el frío de la mañana dieron cuenta de que el mercado estaba cerrado y por lo menos ese día no trabajaría.
Alrededor de las siete y media de la mañana se abrió la puerta de lo que sería la parte trasera del mercado, cerca de la esquina que forman las calles Manuel Acuña y Constitución por donde se ubican los medidores de energía eléctrica de todos los locales, algunas personas comenzaban a entrar y salir, un camión de volteo se acercó a ese sitio y se comenzaron a subir herramientas desde el interior del mercado.
Y de pronto como a esa hora comenzó a salir un gran número de personas, la reubicación de los locales había terminado y todo el personal que había llegado para la diligencia comenzó a salir, los inconformes se dieron cuenta de esto y se dirigieron a ese sitio, Daniel Francisco el exadministrador del mercado se salió de sus casillas, estuvo a punto de arremeter contra el síndico, a no ser porque fue detenido por algunos de sus compañeros, unos segundos de gresca se formaron, pero de igual forma se esfumaron, la reubicación había terminado.