24 de Noviembre de 2024
 

Diez hábitos que dañan el ambiente

 

EL UNIVERSAL

CIUDAD DE MÉXICO

 

A diario, realizamos una serie de actividades que, sin pensarlo, tienen repercusión en el medio ambiente. Si multiplicamos éstas por el número de habitantes, el daño causado se vuelve aún más significativo. No obstante, corregir algunas rutinas es realmente sencillo: solo debes proponértelo y poner manos a la obra.

"El ser humano tiene una responsabilidad per se sobre cómo debe mejorar sus hábitos de consumo para poder dejarle un mundo más limpio tanto a las presentes como a futuras generaciones. Hay que centrarnos en nuestra actividad, es decir, qué tanto consumimos que produzca exceso de energía para poder nivelar nuestra huella ecológica a nivel personal.

"Sin duda, todo empieza por la actitud. Hoy en día tenemos acceso a mucha información a través de nuestros celulares para empezar desde casa: a cerrar las llaves del agua o separar la basura en orgánica e inorgánica", señala Carlos Ramos Cárdenas, director de la Facultad de Responsabilidad Social de la Universidad Anáhuac México.

Estos 10 hábitos dañan más al ambiente de lo que imaginas

 

  1. TIRAR BASURA EN LA VÍA PÚBLICA

 

Para muchas personas es una acción tan común que no son conscientes del daño que causa al ambiente. "La base del cambio es la educación. Todo empieza desde las actividades cotidianas, como no tirar la cáscara de fruta, aventar el cigarrillo por la ventana del auto o tirar pañuelos en la calle", dice Carlos Ramos Cárdenas. Por ejemplo, quien avienta el chicle al suelo seguramente no sabe que tarda en degradarse cerca de cinco años y les provoca asfixia a las aves si se les pega en el pico.

 

  1. NO SEPARAR BIEN LA BASURA

 

Por costumbre, flojera o desconocimiento, en muchos hogares se tira todo tipo de residuos en un bote. "Hay que aprender a poner la basura en su lugar. No puedes echar cualquier cosa en un mismo contenedor. Por ejemplo, cuando pegas un chicle a una lata, se contamina más. De esta manera, complicas el trabajo de quienes se dedican a separar los desechos", enfatiza el director de la Facultad de Responsabilidad Social de la Universidad Anáhuac México. Empieza por dividir en orgánicos e inorgánicos.

 

  1. USAR LA MANGUERA PARA LAVAR

 

El uso responsable del agua puede reducir la demanda normal en un 68%, mientras que un uso negligente puede elevarla hasta un 87%, de acuerdo con datos de la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema). Y es que una de las causas principales del desperdicio de agua se relaciona con los malos hábitos de consumo, como lavar autos o patios con manguera. Lo adecuado es hacer uso de cubetas o sistemas ahorradores.

 

  1. NO CERRAR LA LLAVE DEL AGUA

 

Ya sea a la hora de lavar los trastes, de bañarte o de cepillarte los dientes, se suele desperdiciar mucha agua. Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), un baño de 10 minutos consume alrededor de 200 litros de agua. La recomendación es cerrar la llave mientras te enjabonas, así como captar en una cubeta el líquido que cae mientras sale el agua caliente. De igual manera, utiliza solo un vaso de agua al lavarte los dientes. Aunque parezca insignificante, por algo se empieza.

 

  1. UTILIZAR BOLSAS DE PLÁSTICO

 

En promedio, una familia mexicana consume semanalmente 16 bolsas rectangulares transparentes para llevar vegetales, además de 14 bolsas tipo camiseta para empacar las compras, da a conocer el Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC). Recibirlas influye para que el problema se mantenga. Para reducir su consumo, lleva contigo una bolsa de tela, lo cual evita el uso aproximado de seis bolsas plásticas.

 

  1. BEBER AGUA EMBOTELLADA

 

Según la organización Greenpeace, una botella de plástico tarda en degradarse hasta 500 años. Si bien es inevitable comprar agua embotellada de vez en cuando, hay quienes hacen uso de éstas todos los días: en el gimnasio o en el lunch escolar. Una solución sencilla es comprar uno o dos termos para poder llevar tu agua a diario, ya sea a la hora de hacer ejercicio, para beber en el trabajo o, incluso, cuando sales de viaje. En varias ciudades del mundo, se pueden rellenar las botellas de manera gratuita.

 

  1. USAR DESODORANTES EN AEROSOL

 

Se estima que, al utilizar este producto, solo el 11% de la aplicación se queda en la piel, mientras que casi un 89% se desperdicia y se dirige a la atmósfera. Desde hace años, existe un acalorado debate sobre si este tipo de fórmulas contribuyen o no a dañar la capa de ozono. Lo cierto es que hay alternativas más amigables con el medio, como los desodorantes en barra o crema. Cada que compres uno, asegúrate de terminártelo bien para no generar más desechos. La higiene no está peleada con la conciencia.

 

  1. EMPLEAR EL AUTO PARA TODO

 

¿Cuántas veces no has utilizado el carro para moverte aun cuando estás a unas pocas cuadras? Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), los automóviles particulares generan el 18% de las emisiones de dióxido de carbono, principal gas causante del efecto invernadero. Organiza bien tu tiempo y date la oportunidad de moverte en bicicleta o a pie.

 

  1. AVENTAR RESIDUOS AL RETRETE

 

Estudios demuestran que el papel higiénico puede depositarse en el WC porque se rompe y llega a las redes de saneamiento desintegrado. Pero no sucede lo mismo con las toallitas desechables para bebé u otros desechos. Las toallitas húmedas llegan casi intactas a su destino final o, bien, se deshilachan y se mezclan con otros residuos, lo que dificulta su procesamiento.

 

  1. TIRAR LAS PILAS A LA BASURA

 

Las baterías se consideran residuos peligrosos debido a sus componentes, por lo que deben tener un procesamiento especial. Éstas se llevan a una planta de reciclaje donde el mercurio se separa de otros metales, mientras que el resto del producto puede ser recuperado. La Sedema recomienda juntarlas y llevarlas a las columnas de apoyo que hay instaladas en 13 de las 16 alcaldías de la Ciudad. ¡Ponte pila!


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