Juan Carlos Jiménez Benavídez
Tlapacoyan, Ver.- El Día de Muertos en México es una celebración única en el mundo, debido a que se trata de una festividad que mezcla su antepasado azteca con tradiciones cristianas de la influencia colonial española y, que hoy se ha convertido en un ritual cargado de color y simbolismo que traspasa fronteras y llega incluso a la moda y otras fiestas populares.
Las catrinas, símbolo por excelencia de esta celebración, se ha convertido en objeto de culto en numerosos lugares del mundo y sirven como disfraz para celebrar este día en numerosos países, se trata de una cara pintada que asemeja una calavera y se decora con flores de vivos colores.
Está instituida en honor a los Santos, conocidos y desconocidos, según Urbano IV, para compensar cualquier falta a las fiestas de los santos durante el año por parte de los fieles.
En los países de tradición católica, se celebra el 1 de noviembre y en varias naciones es un día feriado no laborable, siendo el Papa Gregorio IV, quien ordenó en el año 835, que el mundo cristiano honre a todos los santos del cielo en esta fecha.
A decir del párroco Octaviano Reyes Uribe, sobre todo en las iglesias y casas de todos los pueblos mexicanos, los altares son adornados con papel de muchos colores y flores. Además, si el altar es para un niño se le ponen juguetes como carritos, muñecas, dulces, entre otras muchas cosas, además de fotos para recordar a los seres queridos.
Además la Iglesia Católica le pide a todos los fieles a mantener vivas sus tradiciones y no desvirtuar esta gran fiesta con representaciones extranjeras como el Halloween, el cual es un festejo de los vecinos del país del norte, el cual no tiene nada que ver con la tradición mexicana.